Pero, aunque parezca que la diputada provincial norteña se encuentra realizando una acción tremenda para aquellos que la eligieron como representante del pueblo, o que realiza un sacrificio junto a "su equipo" para que una familia pase una mejor navidad; lo cierto es que todo es demagogia, podríamos decir, electoral. Esta gente, los políticos, no dan puntada sin hilo y Koky Juárez sabe bien que, aunque haya tenido el acompañamiento de los oranenses no solo para ser diputada, sino también concejal previamente, hoy es uno de los números cantados para abandonar la casa de Gran Hermano; perdón, la Cámara de Diputados de Salta. Similares pero diferentes.

Lo cierto es que la "caridad" de la legisladora, ni siquiera llega al 2 por ciento (sí, dos por ciento) de lo que ella percibe de forma mensual de la Cámara Baja, en donde con su dieta y otros ítems, supera fácilmente el medio millón de pesos; sin contar los sueldos de los Asesores Políticos o AP, de donde suelen "morder" buenas sumas de dinero, ampliando la cifra hasta cerca del millón de pesos cada 30 días.

Esto, más que alentar a los oranenses a participar perdiendo tiempo en fotografiar la ornamentación de cada una de sus casas para competir por el monto; solo ocasionó molestias entre sus vecinos que, de no ganar el primer premio que consta de los 20 mil pesos ya mencionados, podrán concursar por los otros dos "premios consuelos" consistentes en una canasta navideña para cada uno.

La molestia se acrecentó cuando se conoció que una de las canastas fue entregada por la Cámara de Diputados en las horas posteriores al tratamiento del Presupuesto 2023; y que el otro lo compró en un supermercado de capital por menos de 800 pesos. Un verdadero vuelto para la legisladora que defiende la bandera nacional y popular.