Política
Política decadente

¡De lo que te salvaste, Rosario!

Griselda Galleguillos es un caso especial en el Valle de Lerma. Ahora protagoniza un vídeo al estilo del Juego del Calamar diciendo "Votaremos, gana el amarillo".

Hay un dicho que reza que “cada pueblo tiene el Gobierno que se merece”, el cual termina poniendo dentro de una misma bolsa a toda una comunidad en general. Lamentablemente, muchas veces las minorías terminan pagando el precio por lo decidido por un grupo mayoritario de personas, lo cual no significa concretamente que éstos últimos tengan necesariamente alguna verdad absoluta. En las últimas elecciones provinciales, un departamento salteño tuvo que dirimir entre dos opciones. Tenían más, pero estas dos eran las más “influyentes”. La gente optó por no cambiar, algo sumamente peligroso en este caso puntual; aunque teniendo en cuenta de lo que implicaba dar un giro de 180 grados, con los antecedentes que portaba la principal cara opositora, tal vez fue lo mejor para la población.

Que Griselda Galleguillos es un caso especial en el Valle de Lerma no es para nada nuevo. La futura ex concejal por la ciudad de Rosario de Lerma, otrora amiga del ex intendente y actual vicepresidente de la Cámara de Diputados, Ignacio Jarsún, fue protagonista en el pasado de distintos hechos que no casualmente hayan sido destacados por luchar en pos del bienestar de la gente. Miembro de una selecta secta de políticos “tiktokeros” que apenas si se despegan del teléfono al dormir, es común ver a la joven edil tratando de captar al público medianamente joven a través de las redes sociales, utilizando para ello distintas estrategias que rozan lo ridículo en muchos de los casos.

Hace unos años, Griselda fue muy criticada por realizar uno de los retos virales más peligrosos y estúpidos que vio el mundo en la última década. El “Kiki Challenge” consistía en bajar de un automóvil en movimiento, bailar mientras éste avanzaba, y luego volver a subir. Al ritmo de “El Pepo” y la cumbia peposa, ella se bajó, esgrimió unos pasos forzados de cumbia mientras se preparaba un mate cebado, y volvió a subir al vehículo. En la descripción del video ella misma afirmaba que el auto estaba en movimiento, aunque recomendó no realizarlo en lugares transitados. Lo ideal hubiera sido no realizar el reto que en todo el mundo fue criticado por las autoridades de seguridad vial.

Como esta, fueron muchas las payasadas (con perdón de quienes ejercen la profesión de ser payasos) que protagonizó La Galleguillos. Bailó con Alfredo Olmedo, regaló cervezas en campaña, sacó un videoclip al ritmo del rap y posó para una foto de campaña en traje de baño. Pero en las últimas horas, esa desfachatez desbloqueó un nuevo trauma retinal para los rosarinos. Aprovechando el boom que causó a nivel mundial la serie de Netflix llamada “El Juego del Calamar” la joven salió disfrazada como “Younghee”, la muñeca diabólica de 4 metros de altura que se desempeña como un verdugo dentro de la serie. Al ritmo de la canción que entona esta muñeca, aunque cambiándole la letra y con (nuevamente) ritmo de cumbia, la joven entonaba “votaremos, gana el amarillo” mientras señalaba en su cabeza una gorra de ese color llamativo con la inscripción de “Olmedo”.

Es que la llegada de las elecciones generales de este domingo, y la falta de propuestas de los distintos candidatos, obligan a sus seguidores y adherentes a incursionar en la invención de estrategias para tratar de obtener la mayor cantidad de sufragios posibles el 14 de noviembre. Con un Olmedo cuya estrategia solamente es tildar de vagos a los que perciben planes sociales o pedir castración a violadores, una cárcel en la puna o el servicio militar (que él nunca hizo, por cierto), y con un senador nacional que es tan querido como odiado dentro de la provincia por lo que puede resultar contraproducente, Carlos Zapata quedó a merced de lo que puedan aportar otros candidatos o miembros del olmedismo en esta lucha que ya le habría asegurado una banca en el Congreso de la Nación, aunque no su victoria frente a Emiliano Estrada.

Lo cierto es que, mientras en toda la provincia se ríen del nuevo clip audiovisual de Galleguillos, y en Juntos por el Cambio se alegran de haber estado por unos minutos en boca de todos, en Rosario de Lerma lo único que agradecen es que no haya llegado a la Cámara de Senadores en las últimas elecciones provinciales, aunque esto implique que permanezca cuatro años más, y con fueros, el ex intendente Sergio “Topo” Ramos. Tal parece que el remedio podría resultar peor que la enfermedad. ¡Ay Rosario!

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