Panorama Político Salteño
En apuros

Covid, Flurona, desnutrición: a Esteban se le quema el "rancho" y el tiempo como ministro

A Juan José Esteban su tibieza a la hora de tomar decisiones le estaría allanando el camino para una pronta salida del Ministerio de Salud Pública donde la cosa está que arde. (Dibujo: NOVA)

El actual titular de la cartera de Salud Pública tiene un comienzo de año bastante turbulento. En medio fue diagnosticado nuevamente con coronavirus y estuvo fuera de acción un par de días. Al volver se encontró con el desastre acrecentado en las tierras de Mario Mimessi. Con un nuevo "mano derecha", se espera que la gestión del ex gerente del Señor del Milagro repunte y que Federico Mangione y Marcelo Nallar, colegas del Materno Infantil y el Hospital Oñativia respectivamente, dejen de salvarle las papas cada vez que toma una decisión desacertada.

Si bien no está en sus facultades imponer medidas a su gusto y placer, muchos señalaron la tibieza de Juan José Esteban a la hora de tomar decisiones en el COE, las cuales repercuten en cada uno de los que habitan el suelo salteño. Cansado, desgastado y con un 2021 complicado por los escándalos que lo sacudieron en el primer trimestre, las idas y vueltas de un Aguilar que lo dejaban relegado en el máximo puesto dentro del Comité Operativo de Emergencias, y las consecuencias acarreadas por la segunda ola y los hechos de vacunación VIP, llegó a diciembre del año pasado con las alertas mundiales que ocasionaba la nueva cepa, más contagiosa que sus otras variantes, y que ya estaba colapsando los sistemas de salud de distintos países.

Antes de la celebración de año nuevo, y teniendo en cuenta el panorama a nivel nacional, el COE salteño se reunió para diagramar las medidas que tomaría ante el avance de Ómicron en la Argentina y, hasta ese momento, un solo caso sospechoso en Salta. Cuando todos pensaban (y temían) por restricciones ante la serie de eventos anunciados por la llegada del 2022, y con Esteban preocupado por un incremento en los contagios y la "poca conciencia social"; las medidas anunciadas en aquella ocasión causaron solamente la risa de todos ya que, en definitiva, no se había restringido nada. Seguía todo igual.

Pasó el primero de enero, las carpas, los eventos masivos, el descontrol autorizado, y con el correr de los días los números empezaban a romper récords. Los contagios subían a cifras nunca antes vistas. Del caso sospechoso a fines de diciembre, se pasó a un sinceramiento respecto a una circulación comunitaria de Ómicron en la provincia. La situación se descontrolaba. Los centros de testeos no daban abasto, tampoco más testeos. La gente, ahora preocupada, colapsaba hospitales y vacunatorios. Ante la falta de camas, el ministro de Salud inauguró una sala de terapia intensiva en el sur provincial. Una simple pantalla para decir que algo estaba haciendo en materia de salud ya que, a las pocas horas, se supo que la sala del hospital de Metán no tenía equipamientos, ni siquiera personal que pudiera desempeñarse allí.

Tras ese acto, Esteban dio positivo para coronavirus, por lo que tuvo que aislarse ya que presentaba algunos síntomas. En el trayecto de esos días hasta hoy, sucedieron un sinfín de problemas que tenían como principal foco el departamento San Martín. El hospital Juan Domingo Perón, ubicado en la Tartagal del radical Mario Mimessi, sufrió la falta de personal por la gran cantidad de contagios dentro de la planta de trabajadores de la salud. El nosocomio fue noticia, tristemente, por la muerte de una joven wichí que imploraba una cesárea para sacar a su hijo que había muerto en su vientre, también por informarle a una familia que su pariente había fallecido y hasta mandarlos a buscar un cajón, cuando realmente se trataba de otro paciente.

A todo esto, hay que sumarle los casos de desnutrición y muertes causadas por ésta, que protagonizó un entrecruzamiento entre el secretario de Prensa, Javier Lamas; el propio Esteban, y el ya ex secretario de Salud, Martín Flores Perazzone. Si tenemos en cuenta que el hospital Perón no solamente es cabecera del departamento San Martín, sino que atiende los casos más complejos de Rivadavia y Santa Victoria Este, donde los muertos se cuentan al por mayor ya sea por falta de agua, alimentos, enfermedades endémicas o el consumo de drogas o inahalción de combustible, tenemos como resultado un hospital en llamas que amenaza con desmoralizar cualquier ánimo que le haya quedado a Esteban para no dar un paso al costado.

Se rumorea que el único motivo para que no haya hoy una nueva renuncia al Ministerio de Salud es el cargo que tiene su hija, Agustina Esteban Zamar en el área de adultos mayores, o un contrato que habría obtenido para su yerno también en el Estado. Lo cierto es que tras las malas decisiones que rubrica Esteban como cabeza del COE, deben salir los gerentes de distintos hospitales a "salvar las papas" y evitar que todo colapse y ocasione un caos aún mayor. Uno de ellos, nombre cantado para reemplazarlo el día que decida, finalmente, volver a la actividad privada en donde, según sus propias declaraciones, le iba mejor económicamente que como ministro.

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