Gremiales
El poder del gremialismo dentro de la política

Corrupción docente: ganó la lista oficialista y dos intendentes del norte ya huelen la reelección

Una imagen plagada de imputados: Funes, Cerezo, y un gremio que más que cambiar empeora.

El poder del gremialismo dentro de la política no es algo que se vive fuertemente en Salta; al menos no en la Capital. En la ciudad más grande de la provincia fueron pocos los casos en los últimos años en los que gremialistas o sindicalistas lograron captar votos por afuera de sus entidades y acceder a algún tipo de cargo eleccionario. Entre los que se puede mencionar se encuentran Jorge Guaymás, ex titular del Sindicato de Camioneros y diputado provincial; Ernesto Alvarado, ex concejal y secretario general del Sindicato de Taxistas y Afines (SICOTASA), Ángel Ortíz, edil mandato cumplido y número 2 del Sindicato de Empleados de Comercio, y mucho más atrás a Pedro Serrudo, el eterno dirigente municipal quien accedió a una banca como concejal. Si bien muchos intentaron obtener algún cargo en juego, solo unos cuantos pudieron alcanzarlo.

Ahora, la participación gremial es fundamental en Salta, aunque no participen fuertemente con un candidato salido netamente de sus filas. Guaymás formó un partido político con el que compite cada dos años en elección que exista siempre con Camioneros y parte de la CGT por detrás. Alvarado juega en la estructura del Partido Justicialista al igual que Pablo López y el gremio de Gastronómicos y Hoteleros. A estos se suman, entre otros, los integrantes de la denominada "Mesa Sindical" del Partido Justicialista local que cuenta con dirigentes de seguridad, petroleros, y diferentes rubros de la provincia dirigidos por el ex taxista Alvarado y Pablo Outes, presidente de la Comisión de Acción Política del PJ.

En el interior salteño la situación es distinta. Mientras en Capital la participación que le permiten es acotada, en departamentos como Orán y San Martín, segundo y tercero en cantidad de votantes, son los gremios los que ponen y sacan candidatos a su gusto y placer. De hecho, no son muchos, sino que es uno el que más presencia tiene y el que inclina la balanza en las urnas. En estas tierras es en donde la Asociación Docente Provincial (ADP), el gremio con mayor representatividad de los trabajadores de la educación, puso años atrás en funciones a dos intendentes y distintos concejales.

Carlos Funes y Sebastián Domínguez, actuales jefes comunales de Embarcación y Pichanal, son la muestra clara de que el apoyo gremial (y del oficialismo gubernamental actual), pueden definir elecciones. El primero de ellos destronó a uno de los "eternos" intendentes y patrones de estancia del interior salteño como Alfredo "Freddy" Llaya; el segundo le ganó la pulseada a Julio Jalit, quien pasó a la fama antes de las elecciones que perdió por afirmar que "hasta para robar hay que ser inteligente, y yo me considero inteligente". Ambos recibieron apoyo incondicional por parte de la dirigente María Cerezo de la ADP, quien este domingo fue reelecta en el cargo de tesorera, a pesar de contar en su espalda con más de 20 procesos penales devenidos de distintos desmanejos y fraudes con el aporte de la docencia.

Casualmente, fue en Orán y San Martín donde la lista encabezada por Fernando Mazzone, un docente que el año pasado pedía que se descuente el sueldo a docentes que estaban de paro, logró la diferencia con la que se impuso sobre la lista opositora más votada. Será en estos departamentos, nuevamente, donde se verá presencia del gremio a finales de este año y comienzos del 2023, cuando Funes y Domínguez busquen renovar sus bancas, al igual que se renovará el apoyo brindado a Pablo González, jefe comunal de San Ramón de la Nueva Orán; y se buscará incorporar nuevas caras a la política, aparte de las decenas de concejales que buscarán incorporar.

Funes y Domínguez sonríen. Favor con Favor se paga y el aporte que hicieron en las últimas semanas para facilitarle la elección a Cerezo y compañía será, seguramente, retribuido en los comicios provinciales. Ganó la corrupción, los negociados, la impunidad. En el medio queda la docencia, quienes deberán también hacer un mea culpa ya que estas elecciones se perdieron por la desunión y falta de compromiso de ellos mismos. Cada gremio tiene los representantes que se merecen.

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