Política
Dejó todo cerrado y se fue

Cande, sin ser edil, se mandó el último blooper en el Concejo

Desesperada por la falta de propuestas laborales a nivel provincial, y con una vida lujosa que costear por delante, Candela Correa busca seguir presente en la retina de los salteños a cualquier precio.

Sin el apoyo de los salteños que la depositaron (vaya a saber por qué) en el recinto de avenida Líbano hace dos años, Candela Correa fue desgastando su imagen al punto de querer opacar la asunción de nuevos ediles, con un escándalo que no fue tal y que solamente causó el repudio generalizado de concejales, trabajadores y periodistas que no quisieron darle micrófono. Desesperada por la falta de propuestas laborales a nivel provincial, y con una vida lujosa que costear por delante, la profe de ritmos latinos busca seguir presente en la retina de los salteños a cualquier precio.

Fue la última. Incluso, hubo quienes querían declararla como “persona no grata” en las instalaciones del edificio donde funciona el “honorable” cuerpo deliberativo. A pesar que el miércoles fue su último día como representante de algún sector de la población de la Ciudad de Salta, la ex concejal no había desocupado la oficina en donde funcionaba su despacho por lo que el edil entrante no podía hacer usufructo de la misma. Pícara, “La Cande” se llevó hasta las llaves del lugar y pretendía vaciar todo cuando a ella le diera ganas. Pero los trabajadores del Concejo, hartos de las actitudes infantiles y bizarras de la blonda, decidieron poner manos a la obra (no publica) y llamar al cerrajero. Bueno, realmente no hicieron todo ese despliegue, sino que simplemente utilizaron la copia de la llave original y abrieron las puertas.

Entre lágrimas (no se confirmó hasta el momento si reales o artificiales), la ya ex concejal contó a los medios que desde el CD no esperaron “ni un día más” y la dejaron de patitas en la calle. Con biblioratos en mano, lentes de sol y su habitual vestimenta, Correa acusó “ensañamiento” en su contra. “No sé si es conmigo que están ensañados. Venir hoy a sacar mis cosas así, duele; duele irte así. No pueden esperar un día que pueda sacar mis cosas que te cambian la cerradura. ¡Es una locura! Dijeron que fueron órdenes, que cambiaron la cerradura, que mis cosas estaban ahí, no las tocaron. Creo que a ningún concejal le hacen lo que me vinieron haciendo a mí estos años, y más el último día no pudiendo esperar que saque mis cosas, saliendo con las bolsas, tengo ropa con donaciones que me deja la gente, quería ingresar la camioneta y llevar las cosas bien. Lamentablemente esto va a seguir ocurriendo si no le ponemos un freno” expresó en medio de un llanto forzado.

Ante los flashes de las cámaras y celulares que captaban el lamentable momento, lamentable por lo absurdo, no por el tenor en sí, la profesora de baile y fitness terminó confirmando que no se le perdió nada y que apenas habían movido sus pertenencias para darle espacio a su sucesor de que se acomodara con tranquilidad. Dice el dicho “el ladrón cree que todos son de su condición”, bien podría aplicarse a la forma de ver la política que tiene la todavía aspirante a un puesto en la Secretaría de Deportes quien afirmó estar molesta porque los concejales que recién asumen, no se van a poner a trabajar de inmediato, sino que lo harán después del receso.

Por suerte, para muchos colaboradores, éste sería el último día que verían a la Cande que, en menos de cinco minutos, pasó del llanto a las risotadas en la misma conferencia de prensa y hasta se animó a hablar de la concejal (Soledad) Gramajo a quien tildó de haber tenido actitudes poco honoríficas. Como si salir en cuero en las fotos fuera una actividad noble. En fin, la paja en el ojo ajeno.

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