Panorama Político Salteño
Impunidad

Bien aprendido: "Tuty", el nuevo cacique

Esteban Amat hizo de las suyas. (Dibujo: NOVA)

Actualmente parece tan lejano aquel día en el que te contábamos sobre el festival de nombramientos en la Cámara de Diputados, en perjuicio de trabajadores que llevaban años en la institución. Pasaron apenas dos meses y luego la información repuntó en algunos medios de comunicación locales promediando el pasado mes de noviembre.

Con el recambio legislativo que incluyó este año el alejamiento del “eterno” Manuel Santiago Godoy tras más de 22 años dentro de la Cámara Baja, 16 de ellos como máxima autoridad, quien quedó con todo el poder de una de las patas esenciales de todo Estado fue el tabacalero Esteban Amat, quien no tardó en hacer de las suyas.

Simplemente y para hacer un resumen, ni bien comenzada la gestión del “Tuty” en Diputados, puso manos a la obra para hacer del nepotismo un estilo de vida. Para entenderse, el término “nepotismo” procede del latín “nepos” que significa “nieto”.

Antiguamente, se llamaba “nepotes” a los descendientes de altos mandos. En su adaptación al castellano, se nombró así a los parientes, protegidos o preferidos del Sumo Pontífice o el Papa de turno. Era una especie de título nobiliario o referido también en un cargo público eclesiástico. De esta manera, y apenas transcurridos poco más de 30 días como máxima autoridad de la Cámara, Amat hizo gala de una “facultad que le otorga la ley” para colocar en calidad de empleados públicos de planta permanente, a distintos funcionarios que cumplían roles en lugares estratégicos para la gestión de la Legislatura.

Es así que mediante algunos artilugios administrativos para documentar parte del proceso, decidió que algunos funcionarios sean condecorados con nombramientos VIP. Entre ellos se encuentran Raúl Romeo Medina (un ex legislador y funcionario romerista camuflado en la gestión actual como secretario legislativo de la Cámara de Diputados), Pedro Mellado (prosecretario legislativo y frustrado candidato a convencional constituyente por Rosario de Lerma) y Gastón Galíndez, nuestro querido Jhonny Bravo salteño, apoderado del Partido Justicialista y secretario administrativo de la Cámara quien tiene bajo su cargo nada menos que el manejo de la caja.

Claramente esto no incomodó a Amat y compañía que siguieron como si nada hubieran hecho. La impunidad de la que gozan aquellos protegidos por el poder político, les permitió seguir paseándose por los pasillos de la Legislatura y el Grand Bourg durante estas últimas semanas, mientras hay medio centenar de trabajadores, que llevan más de una década prestando servicios a la Cámara Baja, que esperan estas fiestas de fin de año con una angustia tan grande que pensar en celebrar un nuevo año se vuelva realmente utópico.

Es que, a pesar de haber sido nombrados como personal de Planta Permanente en el 2019, "Tuty", como buen cacique aprendido de su antecesor el “Indio” Godoy, decidió darlos de baja, por lo que su continuidad laboral estará sujeta a los ánimos que Amat y Galíndez.

Durante la mañana del viernes, un medio local entrevistó al presidente de la Cámara de Diputados y le consultó, llamativamente, sobre los nombramientos. A pesar de que se denunció que él había colocado con niveles salariales absurdamente altos a familiares y amigos cercanos como su chofer, por ejemplo, Amat se negó rotundamente. En su lugar, alegó haber cumplido con lo que la propia ley le permite que es nombrar a un cierto número de personas “de confianza” (recuerden la definición de nepotismo), lo que le aseguraba a él un normal desarrollo de su gestión para los dos años (primeros) que sería máxima autoridad dentro y fuera del recinto.

Muy lejos de inmutarse, parecía que estaba esperando el momento para “aclarar” la situación, a pesar que en la misma declaración dejó entrever que no todo el personal nombrado merecía estar en planta permanente, como el caso de Galíndez, dicho por el mismo. Respecto a esto, también lo consideró ético, aunque el resto de la sociedad piense distinto. Esteban aprendió bien y en pocos días dejó lo que tenía que dejar sobre la mesa para demostrar que era el nuevo cacique al mando.

Lo sabían todos, lo callaron todos. Los beneficios siguen siendo muchos para él, su entorno y la casta política que pronto entrará en receso por cuatro meses con sueldo asegurado. Mientras tanto, la pobreza y la desigualdad siguen acrecentándose en una sociedad cansada, pero que también es culpable por poner a estas personas en el lugar que están.

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