
El joven intendente de Tartagal se encuentra ante una encrucijada, y no, no es que el chango tenga ganas de aprender las artes del blues (para el arte está Kamila, Kamila Reynoso), en la sintonía fina de lo que se viene en Salta con motivos de las elecciones de medio término y luego, más adelante, las nacionales, Franco deberá tomar definiciones.
Su rol de ejecutivo municipal, presidente del Partido de la Victoria y claro está, jugador titular seguro en el intervenido partido Justicialista salteño lo harán decidir entre Sáenz y Sergio Leavy. Aunque en realidad las decisiones ya están tomadas y nosotros solo nos estamos enterando.
De la mano del Oso Leavy, el abogado y docente universitario devenido en funcionario municipal, diputado provincial y ahora intendente de Tartagal, llegó para ser parte de las negociaciones dentro del ámbito político provincial. A pesar de su corta edad Berni logró demasiado en poco tiempo y, claro, se muestra como opción de recambio dentro del kirchnerismo salteños tras los malos pasos del diputado nacional (también opción joven) Emiliano Estrada.
Pero la velocidad del ascenso no es casualidad. Franco debe, como todos dentro del juego de la realpolitik. Franco le debe a Leavy, a Sáenz, a sus bases y ¿por qué no? a los jóvenes k que comienzan a verse desamparados y sin recambios que seduzcan más allá del discurso de barricada. Así, el prospecto podría ser una carta que sume voluntades y confianza, en este panorama desolador para los discursos anacrónicos de izquierda.
A Sáenz le debe aun más. A eso hay que aclararlo. Tomar una postura combativa no lo beneficiaría. Difícilmente la nafta le de para intentar ir por el premio mayor. Ese lugar tiene 3 nombres que ranquean lejos, muy lejos de sus posibilidades. Sin embargo, no sería una locura pensar en un Franquito Hernández Berni haciendo campaña para diputado o senador nacional. Siempre y cuando negocie bien (y haga caso).
Y ahí está la deuda. Si bien llegó de la mano de Sergio “El Oso” Leavy, la integridad del municipio de Tartagal depende de otro hombre, Gustavo Sáenz. El gobernador, que entendió todo desde el día uno, no tiene problema en desmarcarse y decirle a los salteños que nosotros no podemos perder el tiempo discutiendo los problemas de los porteños. Sáenz es muy hábil para desmarcarse de las líneas ideológicas que se llevan puesto al país, Sáenz “gobierna para los salteños”, y así le va bien.
El gobernador, bajo esta estricta estrategia, ha logrado negociar con Macri, Fernández, Massa y ahora con Milei. El hombre es pragmático ¿Acaso Franquito podrá serlo?
Se vienen las elecciones de medio término, y luego las nacionales. Franco tiene un oportunidad de oro para pasar a las segundas líneas provinciales, o morir en la suya y soltarle la garra al oso… ¿podrá?