En el interior profundo y olvidado de nuestra provincia, incluso el método es más arcaico, y la radio se termina volviendo una vía de comunicación, para dejar algún recado a alguien que vive entre los cerros, o para contar a alguien en la puna que su familiar llegó bien a la Capital.

El arraigo a la radio tradicional, hace que la online sea algo a la que pocos quieren y pueden acceder, sobre todo ante la falta de redes o señales en dispositivos móviles.

Con la televisión el punto es similar. Aunque hoy a través de Youtube uno puede acceder a una infinidad de contenidos, o con Flow, Claro, y hasta en las redes sociales se pueden apreciar horas completas y consecutivas de programación local, nacional e internacional; nada llega más al público, sobre todo a una buena fracción del electorado que hasta no tiene obligación de sufragar, pero que lo hacen por ética, que la televisión común y corriente.

En muchos hogares, incluso, solamente dependen de los canales de aire como el viejo Canal 9, hoy Multivisión, o el histórico Canal 11 reconvertido en Telefé Salta.

Así es que la radio y la televisión más conservadora, clásica o típica, sigue representando un valor demasiado importante para todo político que pretenda llegar a algún cargo.

Que las redes sociales son las vedettes y hacen el trabajo sucio consiguiendo los mejores resultados, nadie lo discute. Pero si no se pauta en canales de aire y en radios FM, en Salta no se puede ganar una elección, o al menos obtener los primeros puestos.

Conociendo esto, son dos los empresarios que se ven beneficiados por esta relación, y curiosamente uno de los que se encuentra manejando los hilos de uno de ellos, ahora es aliado del otro, cóctel peligroso si sumamos la virtualidad. Ahí va la explicación.

Desde hace algunos años Canal 10 de Salta o "El 10 TV" se convirtió en un caballito de batalla de todo aquel candidato que quería un poco de exposición para los comicios. Así decantaron en el edificio de avenida Perón personajes como Andrés Suriani, Romina Arroyo, José García, Isabel De Vita, Guillermo Kripper, Víctor Lamberto o Emiliano Durand; recuerden éste último.

El 10 hoy tiene como cabeza propietaria a Patricia Wierna, una coqueta mujer que supo desbarrancar el laburo de años encabezado por su ex esposo, Daniel Longarela, quien llevó al canal de aire fundado por él a ser uno de los medios más vistos, y hasta a obtener una licencia de ENACOM que le permitió, ya en su ausencia, ingresar a grillas de cable. Agustín, el hijo de ambos, solo está diseñado para facturar, buscar ingresos, no importa el contenido.

Pero, aunque las caras visibles son "Pato" y "Gochi", quien realmente maneja las riendas del canal es Emiliano Durand. Es él quien decide quién sí, quién no, y quien nunca va a hacer programa en el 10.

Tal es la presión que ejerce que, ante dichos desfavorables hacia él en algún programa del medio, amenaza con llevarse sus productos (5 o 6 programas) e interceder para que reduzcan la pauta publicitaria que reciben madre e hijo. Así llenó el canal de especímenes como Vitín Lamberto o Guillo Kripper, y se habla que podrían desembarcar Mónica Juárez, Darío Madile, los "Barrios de Rodillas" Ignacio Palarik y Malvina "Mumala" Gareca, entre otros.

No es el único empresario que llena las madrigueras de roedores que solamente buscan exposición para lograr un cargo público, sino que también lo hacen en radio. Así es que el que más disfruta de la llegada de las contiendas electorales es el mismísimo Mario Ernesto Peña.

El fundador de FM Aries suele llevar a cuanto candidato quiera posicionar a su radio, le otorga un espacio a cambio de favores o buenos giros bancarios, y suele brindarle micrófonos durante sus programas. Sí, en los mismos en los que hace unos meses defenestraba a Emiliano Durand y hoy lo sienta y le lleva un vaso de agua.

Aunque Peña no está del todo conectado con El 10, sino más bien con Cablevisión, en las próximas semanas se verá un constante tráfico entre estos medios para intentar posicionar candidatos que, sobre todo, no tienen buena reputación a través de las redes sociales y, por eso, no queda otra que recurrir a lo tradicional.

Llegan las elecciones, los roedores de la política ya saben cuáles son las madrigueras en donde no importan los métodos, sino el fin en común. Ganan todos, perdés vos.