Política
Duró menos que un reel

Alba no cuaja: a pesar de los esfuerzos la libertaria blue no arranca

La Panera, Marcos Urtubey y un grupo de WhatsApp: el combo que sepultó el sueño de Albita.

A puro look aterrizó en Salta desde la vecina Jujuy. Podríamos decir que Albita es a nosotros lo mismo que el Cerro de 7 Colores.

Como se nos castigó a los salteños, injustamente, por este tema. La idea, de un verdadero crack de la gestión y el turismo, fue deplorada por los hermanos de la vecina Jujuy durante años. Y es que las agencias de turismo vendían en el mismo paquete a Salta breves escapadas a los territorios del, venido a menos, Lord Morales.

Zanjadas las diferencias, y una vez “entregado el territorio”, la moneda de cambio suena más a venganza que a acuerdo. A nuestra provincia llegó otra joya jujeña que pasó por todos lados. Hablamos de Alba Quintar.

Proveniente de una familia acomodada, Alba llegó a Salta invirtiendo. Algún misterio esconde la esquina de Gimnasia, allí se cuecen siempre inversiones exóticas, Alba Quintar colocó allí una sucursal de la franquicia La Panera Rosa.

El emprendimiento, mal administrado, y que comenzó a ser severamente atacado en redes por un servicio que dejaba mucho que desear y precios exorbitantes, similares a los de la parrilla de Lord Morales (¿qué hará esta gente allí?, todo un misterio), finalizó de mala manera: las persianas bajaron y en tiempo récord.

La exesposa de un conocido abogado con ínfulas de Saul Goodman, y que además estuvo relacionada con el robo de una mutual hace algunos años, se hizo cargo del muerto en la famosa esquina salteña, aunque ya no bajo el sello de dicha franquicia.

En el durante, Quintar tuvo un romance con el delfín del ex gobernador salteño Marcos Urtubey. Él, que no pudo clasificar bien en carreras automovilísticas, decidió continuar los caminos del padre. El joven, de algún modo fue de hecho parte del nacimiento de la leyenda de Javier Milei, pero por algún motivo la cosa no cuajó e inició su propio espacio político bajo la denominación de un liberalismo peronista.

En algún momento los corazones se cruzar y hubo algo entre Alba y Marcos. Ambos jóvenes, bellos, sonaban a pareja que se llevaría todos los flashes y reeles de una provincia ávida de farándula, como la nuestra. La cholada se emocionaba. Pero no se pudo. La relación fracasó.

En el medio, Alba intentó entrar por todos lados. Aparentemente, la blonda tenía el mandato de alguien de colarse a como dé lugar en el libertarismo oficial local. Los chispazos con la naciente Emilia Orozco no se hicieron esperar, y tras ser parte de la caravana de recepción a Milei, solo un par de días después, Alba fue eliminada del grupo de WhatsApp de La Libertad Avanza Salta.

El bloqueo que se le hizo en la visita de Karina Milei y Martin Menem fue motivo de burla y escracho. Mandarse así de una y sin tarjeta de invitación la expuso. Alba Quintar no era bien recibida en el espacio.

La drástica solución fue acompañar al liberalismo blue ofrecido al electorado por el gobierno provincial. Desde Grand Bourg, grandes expertos en desarmar maquinarias electivas, intentaron todo, pero el espacio no fraguó, la candidata no anduvo y la aventura de la jujeña en tierras salteñas pareciera tener fecha de vencimiento: el 11 de mayo.

¿Regresarás Alba, a tus pagos, o te quedarás a disfrutar in aeternum de las mejores empanadas que ha dado este mundo? Misterios…

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