Política
¿Una medida discriminativa disfrazada?

Alambrar la frontera con Bolivia: la indignación innecesaria de los tiempos crispados

Que lio, la cancillería boliviana, las redes de pros y contras, la bronca de un lado y otro y lo que realmente sucede. Todo muy mal comunicado desde sus inicios y algo que podría haberse hecho sin que nadie se de cuenta.

Plan Güemes, un plan de lucha contra el narcotráfico, algo que hasta ahora Patricia Bullrich viene haciendo medianamente bien, teniendo en cuenta el crecimiento del volumen de cocaína decomisada en el último año, muy por encima de las cantidades que Gendarmería Nacional Argentina informaba en períodos anteriores.

Al medio una situación compleja: la actividad del “chancheo”, o “bagalleo”, un sistema de microtráfico (de lo que sea: ropa americana de segunda mano, cigarrillos, narcóticos, etc), que genera 5 mil puestos laborales directos o más, y unos 30 mil empleos indirectos o más.

Este sistema fue la consecuencia de la falta de contención laboral post crisis 2001, además de la focalización en monocultivos y, claro está, la falta de una planificación económica que tenga en cuenta el desarrollo y la creación de valor agregado en las actividades del departamento de Orán.

Esto último sucede desde siempre y culpar a las gestiones actuales es perdonar pésimos gobiernos anteriores. En otras palabras, nadie se ocupó de Orán y Orán solucionó por si mismo.

Sin embargo, y es mejor tarde que nunca, hoy se intenta comenzar a corregir algunos aspectos de la desorganización normalizada de la frontera norte argentino boliviana.

Del 100 por ciento del tráfico ilegal que se produce en el área en la que colindan Bermejo (Bolivia, departamento de Tarija) y Aguas Blancas (Argentina, departamento de Orán), el 85 por ciento sucede mediante gomones precarios, cámaras de ruedas de camiones infladas que son sostenidas por endebles estructuras de madera sobre la que viajan los alijos de mercadería, conocidos como bagallos o chanchos, de allí el nombre de quienes ejercen esta actividad.

El restante 15 por ciento se da en la frontera misma, y esto se produce de varias formas: por las casas de vecinos, ingresando por la puerta y saliendo por el patio trasero, produciendo fugas por los lados de las áreas de control o saltando el endeble muro que une la terminal con el paso de aduanas.

En este último segmento, que posee unos 200 metros de extensión es donde se implementará el alambrado de púas que funcionará impidiendo los saltos y “liberando” a unos 15 efectivos de Gendarmería Nacional que permanecen cuidando el actual muro de quienes intentan saltarlo.

Si, así como lee, el alambrado solo busca liberar 15 efectivos de seguridad para que realicen otro tipo de patrullajes y no tengan que permanecer pegados a una tapia que eventualmente es franqueada por encima mediante la agilidad del micro traficante de turno.

¿La medida sirve? Si, es muy útil ¿Soluciona todo el problema? No, solo una pequeña parte ¿Es necesario hacerlo? Si, se debería haber realizado hace años ¿Justifica tamaña difusión en medios nacionales? No, para nada, es parte de la estúpida pelea pro Milei - anti Milei, y verdaderamente no colabora en nada, mucho menos en la tensa relación que se mantiene con los vecinos bolivianos, quienes, por otro lado, se han acostumbrado a recibir más de lo que entregan, pero esa ya es otra historia.

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