Panorama Político Salteño
De no creer

Al manchancho de Biella y Grande se sumó el "Chato" Correa

Tres son multitud al parecer en la política salteña. (Dibujo: NOVA)

Los negociados previos a la elección del próximo mes de mayo traen aparejadas algunas sorpresas. Los abandonados por otras fuerzas, como lo son el ex diputado nacional y el presidente de Salta Independiente, Felipe Biella, lanzaron oficialmente la fusión que los llevaría, en teoría, a competir juntos en los próximos comicios.

A todo esto, se sumó el apoyo del docente universitario, un radical anti JxC que le coquetea a La Cámpora, por lo que no se descarta un posible ensamble a la fórmula que llevaría a Emiliano Estrada a competir por la gobernación.

El apellido Biella no es sinónimo de estabilidad. Hace años, el médico Bernardo llegó a ser representante salteño en el Congreso de la Nación por la Unión para el Desarrollo Social (UDESO), una alianza electoral creada en 2011 por la Unión Cívica Radical, la Unión Celeste y Blanca y el Partido Federal; éstos dos últimos sin representación en Salta.

El médico fue por la UCR ya que su abuelo, Bernardino Biella, gobernó la provincia por ese partido en épocas de antaño. Siguió el lineamiento radical, incluso antes de ser legislador.

Llamativamente, en el medio sus convicciones cambiaron radicalmente de color y se tiñieron de amarillo. En el mismo 2011 en el que fue electo, se presentó como candidato a vicegobernador acompañando a Alfredo Olmedo, por entonces jefe político de Martín Grande quien buscaría la intendencia por ese mismo espacio.

Empezaba el coqueteo con otras ideologías; o las mismas, pero disfrazadas. Luego buscó ser senador junto a la hoy diputada nacional, Virginia Cornejo. En 2017 se alió al urtubeycismo, en donde buscaría ser senador provincial por Unidad y Renovación.

El pacto con el peronismo, fuerza totalmente opuesta, en teoría, al radicalismo, lo llevaría a perder en las PASO frente a "Chico Malo" Valenzuela, que también caería en las generales antes de regalarse al saencismo

En 2019, ya con su partido familiar SI Biella, o Salta Independiente, se alineó con un viejo conocido, Alfredo Olmedo, y logró obtener una banca en el Concejo Deliberante de la Capital con Paula "Ojitos Bonitos" Benavides. Todo marchaba con cierta normalidad, con una marcada tendencia a no ser protagonistas, hasta que el destino quiso que pasaran al frente.

En 2021, su partido obtuvo dos bancas en diputados provinciales, algunas más en el Concejo, y su hermano y presidente de la fuerza política, Felipe Biella, saltaría a la escena pública al postularse a diputado de la Nación junto al deteriorado Partido Renovador (PRS), en una fórmula con la funcionaria oficialista Elsa Pereyra Maidana.

Esa candidatura, con gran aceptación en el centro de la provincia, sirvió para restarle votos a su ex espacio, el olmedismo, quien se quedó con una de las dos bancas en juego contra Emiliano Estrada.

Es de ahí, de las últimas elecciones, que todos buscaban a los Biella. Entre los tantos pretendientes, hubo uno que rogó por la atención de la familia hasta conseguir algún acuerdo.

Martín Grande, un viejo conocido de su época amarilla, quería formar parte de su armado y ponía "su" medio como caballo de batalla. Esta fusión fue de las primeras en confirmarse el año pasado. El reparto de candidaturas queda pendiente, pero Salta Independiente ya anunció que competirá fuerte.

En el anuncio, realizado esta semana, se vio un rostro muy conocido y despertó curiosidad por la hipocrecía en su discurso político. Rubén "Chato" Correa estaba sentado en la mesa de los Biella.

El dirigente y presidente del Comité Capital de la Unión Cívica Radical salteña, quien días atrás repudiaba la decisión del presidente provincial de la fuerza, Miguel Nanni, por conformar la alianza de Juntos por el Cambio en Salta, Incluso dio un pequeño monólogo de por qué estaba presente.

Chato es especial. Desde hace dos años que reniega porque no quiere formar parte de JxC y alardea con querer devolverle grandeza a la UCR en solitario, sin fusiones, sin ser furgón de cola.

La molestia por el espacio macrislarretisbullrichista lo llevó a romper el frente en 2021, pero se lo vio muy cercano a La Cámpora, el ente ultrakirchnerista, con quienes marchó el año pasado tras el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández. Rubén lo anticipaba, el kirchnerismo es el nuevo radicalismo.

De ahí es que surge un análisis aún más bizarro, una fusión que podría ser un auténtico manchancho, que buscaría, a toda costa, arrebatarle la conducción provincial al actual oficialismo. No importa cómo, lo importante es que se logre el objetivo.

Ahora no suena descabellado que un PRO y un K como Estrada y Grande, pudieran ir juntos. Es más aceptable que un Biella y un Correa puedan llevarse bien, y si los tres se ponen de acuerdo, el "golden boy" de JMU tendría certeras chances de hacer un poco de ruido en mayo.

Habrá que esperar, pero la historia reciente marcó que las alianzas con los radicales nunca terminan bien, ya que ni entre ellos terminan de sobrellevar sus diferencias. Todo podría radicar en una fuerte coalición, o un debilitamiento a última hora.

Pero este mejunje recuerda a cuando uno era niño y jugaba con plastilinas. Todo iba bien mientras mantenías a los colores separados, porque al juntarlos terminaban siendo un marrón verdoso similar a eso que se están imaginando.

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