Política
Modos de hacer campaña

¡Ah, pero Bettina!: El discurso repetido de una legisladora inútil

Laura Cartuccia se dedicó a intentar levantar la poca imagen que tiene, por cierto, en números rojos, para incomodar la figura de la jefa comunal de la Ciudad de Salta, Bettina Romero.

El ataque constante y el chupamedismo excesivo parecen ser una constante moda de hacer campaña por estas épocas, en las que se podrían implementar nuevas metodologías para llegar a la gente y convencer a la población de que lo más óptimo para sus vidas es votar a tal o cual candidato. Resulta inentendible como en pleno siglo XXI, en la era de expansión tecnológica a rumbos inimaginables, donde las redes sociales pueden ser utilizadas para beneficios comunitarios, hay quienes prefieren seguir usándolas como armamento de bajo calibre, de muy deficiente fabricación, y empobrecidas de contenido que realmente sumen al bienestar de los salteños en su conjunto.

Quien suele aprovecharse de este tipo de estrategias inmersas en una bajeza sin límite y carente de todo tipo de recurso creíble o fehaciente, es la actual legisladora por Capital, Laura Cartuccia, una improvisada diputada que llegó a asumir una banca tras la renuncia de Martín de los Ríos, el candidato del PRO salteño, quien asumió en 2019 el cargo de ministro de Producción. En el afán por completar listas "con lo que venga", el entonces partido macrista optó por poner como segunda en la lista a "La Cartuccia", confiados en que ésta no llegaría a conseguir una banca debido a la fuerte pelea que había en ese año en los primeros escaños de los aspirantes a diputados provinciales.

De hecho, aquel año hubo muchas sorpresas en cuanto a la elección provincial en esa categoría. Solamente por enumerar algunos casos, la candidata más votada fue la tan criticada Mónica Juárez, autora de proyectos tales como el Día de la Empanada o la Semana del Vino Torrontés, quien le ganó la pulseada a quien todos pensaban que se quedaría con la mayoría de escaños en juego: Matías Cánepa. "Monseñor", quedó en segundo puesto, acumulando junto a sí dos bancas (una menos que Juárez), renunciando días después para asumir como ministro de Educación. Un candidato que se suponía cosecharía cerca de 80 mil votos y que apenas logró alcanzar los 25 mil para acceder a la última banca en juego, fue Adrián Valenzuela. El "Chico Malo", malo en resultados, tiene mandato hasta 2023. Afuera quedaron aquel año los troskos del Partido Obrero; el hoy ministro de Turismo, Mario Peña; los kirchneristas del Frente de Todos, el PJ y la Unión Cívica Radical.

De "comodín", ingresó Cartuccia quien, hasta la fecha, no tiene grandes actuaciones dentro de la Cámara de Diputados y de su actividad legislativa, se sabe menos que de su vida privada. De hecho, dentro del mismo palacio legislativo fue protagonista de un lamentable, repudiable y repugnante hecho cuando, aprovechando la presencia de medios de prensa que filmaban la protesta docente en el edificio de calle Mitre 550, salió despavorida por la ventana aduciendo que las maestras la tenían de rehén y ella tenía que darle pecho a su bebé; situación que fue desmentida por periodistas, legisladores y hasta el mismo entorno de la legisladora quienes volvieron a poner en duda el estado de salud mental que representa la oxigenada diputada.

Siguiendo la linea de "decir, más que hacer", Cartuccia se dedicó desde el año pasado hasta la fecha a intentar levantar la poca imagen que tiene, por cierto, en números rojos, para incomodar la figura de la jefa comunal de la Ciudad de Salta, Bettina Romero, a quien suele criticar, desprestigiar, atacar y hasta agredir a través de sus redes sociales, amparada en el derecho universal a la libertad de expresión. Sorprende la violencia de las "críticas" de Cartuccia hacia la intendenta, teniendo en cuenta que la legisladora es una de las que más pregona la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres. Es más, si hubiera sido un hombre el que se dirigía con tanta vehemencia podría haber sido tildado hasta de machirulo, como Mario Ernesto Peña, quien recibió un tirón de orejas por parte de la justicia local y el INADI por ensañarse contra la figura de Romero.

"Ni Peña se animó a tanto" dicen entre risa y risa algunos allegados a Cartuccia que toman como una humorada los constantes agravios con los que se dirige hacia una figura a quien no solamente no logra alcanzar en cuanto a cantidad de intenciones de voto de cara a las próximas elecciones; sino que tampoco incomoda electoralmente a potenciales rivales que ven en la blonda conductora de programas de baja calidad, producidos por “periodistas” de dudosa reputación, un entretenimiento más que una posible futura jefa comunal. Una cosa no quita la otra, y las agresiones, aunque muy insignificantes, no dejan de ser agresiones.

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