El caso de Ignacio Jarsún es un claro ejemplo del nepotismo que impera en las filas oficialistas. Sin tener experiencia en manejo de recursos hídricos, solo con secundario completo, sin estudios superiores debido a que de joven prefirió jugar al rugby llegando a formar parte de los Pumitas en algún pasaje de su vida, y sin experiencia en puestos similares; "Nacho" fue nombrado como sucesor de Luis María García Salado en la presidencia de Aguas del Norte, la empresa que mantiene sin servicio a gran parte de la población, y que entrega agua contaminada en otra.

No conforme con su ineptitud a la hora de hacerse cargo de un organismo crucial para la vida diaria de los salteños; Jarsún redobló los esfuerzos y realizó declaraciones que, lejos de caer bien en la gente, solamente acrecentó el fastidio por su designación.

Aprovechando el envión anímico que dejó el mundial de Qatar en donde Argentina se coronó como campeón, Nacho se comparó con el director técnico de la albiceleste, un tipo al que no le daban un peso al momento de asumir, y que llevó al país a lo más alto del deporte más popular.

"Le pido a la gente que tenga confianza" arrancó diciendo el ex intendente de Rosario de Lerma, evocando a Lionel Messi tras la derrota contra Arabia Saudita. "Nadie creía en Lionel Scaloni y salió campeón del mundo" manifestó después, queriendo comparar al ex futbolista con él mismo para decir que podría sacar a flote a la empresa tan vapuleada.

Si le buscamos algo de humor a todo esto, Jarsún tiene más posibilidades de convertirse en Sampaoli que en el DT campeón del mundo ya que, entre sus filas, ni siquiera cuenta con un "Messi" bajo la manga. De hecho, desde que asumieron, los ministros Camacho y Dib Ashur no fueron más que figuritas plantadas y de poca utilidad; algo así como Wilfredo Caballero o Nahuel Guzmán de aquel equipo que quedó rápidamente afuera en Rusia 2018.

El nuevo DT de Aguas del Norte llega, además, muy cuestionado por su pasado en la función pública. De la Cámara de Diputados solo se recuerda el intento de reglamentar una ley para la implementación de pistolas taser en la policía, lo que implicaba darle una herramienta de tortura a personal que no está capacitado para la evasión de conflictos; o el proyecto que copió vergonzosamente de un legislador de Entre Ríos que buscaba “defender” tradiciones como la tracción a sangre equina.

De la Municipalidad de Rosario de Lerma no le quedan muchos buenos recuerdos ya que entre los escándalos que acumuló se recuentan el haber contratado a su cercanísima amiga, Candela Correa, para el dictado de clases de zumba que nunca se dieron y cuyo contrato fue enmarcado como uno de los “ñoquis VIP” por el actual jefe comunal; y las denuncias en su contra efectuadas por el Concejo Deliberante por los 174 millones de pesos que no rindió y que desaparecieron de las arcas comunales durante su último año de gestión, casualmente cuando estaba de campaña para llegar a la Legislatura.

Atrás quedó ese “Nachito” que era visto como un ejemplo, que peleaba por los intereses de sus vecinos y hasta donaba sus dietas cuando fue concejal o en su primer período de diputado. Hoy es solamente un títere que busca jugar con la desesperación de la gente, y que además se burla prometiendo soluciones a los pobladores, sin siquiera tener un plan armado. Un improvisado, un distinto, ese es nuestro “Scaloni” norteño que hará pasar un pésimo inicio de año a gran parte de la provincia.