Acuerdo animal: el Oso y el Gato ya arreglaron el futuro de Tartagal
La cuestión es simple, hay un plan. Si todo se da como se espera, uno de ellos partirá hacia el ejecutivo provincial, mientras que el otro pondrá a un hombre de confianza en el municipio del norte.
Ambos dirigentes ya tienen sellado el pacto por el que buscarán acomodarse por los próximos años, a pesar de que uno tiene aún dos más en el Senado de la Nación. Los patrones de San Martín dejarían plantado, con esta decisión, a uno de esos que se hacen llamar "amigos" y que ya expresó su deseo de quedarse con él puesto que hoy ocupa el radical de apodo felino.
Las elecciones y la política suelen ser cosas muy distintas. En una las circunstancias pueden varias por el factor pueblo, que es en definitiva quien pone a cada uno en los lugares determinantes; en la otra sólo participan unos cuantos, los del círculo, los que "saben". Así es como, por ejemplo, cuando Urtubey perdió las elecciones de medio término en 2017 frente al espacio del naciente Gustavo Sáenz, igualmente se abrochó la presidencia de la Cámara de Diputados con Godoy, y la lealtad de Mashur Lapad en el Senado.
Otro ejemplo muy claro que recordarán, sobre todo los salteños de Capital, es el batacazo del Partido Obrero en 2013, hace 10 años, cuando capitalizó el “voto bronca” de la gente con sus dirigentes, entre ellos Sáenz y Urtubey, y lograron acceder a una banca en el Congreso de la Nación, anexarse la senaduría de Capital, unos lugares en la Cámara de Diputados, y la sorprendente suma de 9 de 21 ediles en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta. Pese a la amplia mayoría, los acuerdos no le fueron favorables y no pudieron conseguir la presidencia del cuerpo, quedándose Villada con ese escaño.
La política la definen unos pocos, aunque tengan que participar muchos. Es así que, en el norte salteño, en uno de los tres distritos más importantes de la provincia, ya habría humo blanco para que dos dirigentes de peso puedan llevar unas elecciones en paz. De hecho, no solamente habría saldo para una campaña limpia, sino que hasta negociaron entre sí los cargos a ocupar. Leavy y Mimessi, el Oso y el Gato, ambos "animales" vividores del Estado ya tendrían el armado ideal si es que desde Grand Bourg cumplen con una de sus posibles alianzas.
Es que, si el oficialismo decide finalmente reemplazar a Antonio Marocco como acompañante de fórmula del actual Gobernador, uno de los dos hombres que suenan con mayor fuerza para reemplazarlo es el actual intendente de Tartagal, Mario Mimessi, quien abandonaría así la fila del radicalismo para asociarse de lleno con el peronismo local.
La llegada del "Gatito" al GB, significaría la pérdida del ejecutivo tartagalense, a menos que presente a una figura fuerte dentro de su bando que pudiera competir para continuar con su legado. Dicha figura no existe, lo de Mimessi es unipersonal.
Ahí es donde entra el Oso. El senador ya afeitado tras su paso por Qatar, habría ofrecido la estructura del Partido de la Victoria al radical como apoyo a una posible vicegobernación, a cambio de que le permitieran quedarse con la intendencia de tartagalandia para su bando.
En el kirchnerismo sanmartiniano la única figura fuerte es el actual senador nacional, pero éste podría ser la cara visible de una campaña que tendría como real candidato al hoy diputado y docente enamorado, Franco Hernández Berni.
Quien quedaría en medio de este acuerdo, abatido por la traición de uno de ellos al que llama "amigo", sería el actual interventor de Salvador Mazza y trastornado obsesivo compulsivo de las redes sociales, Adrián Zigarán quien le expresó a Mimessi su deseo de ser quien lo reemplace en la intendencia y, lo peor de todo, es que el radical le habría asegurado el apoyo. Gajes del oficio.
