El esfuerzo de un grupo de funcionarios provinciales, sumado a las operaciones realizadas por empresarios de medios de comunicación para tratar de instalar la imagen de Emiliano Durand como la mejor opción para la intendencia de Salta, parece encaminarse a un vergonzoso papelón político que tendrá lugar dentro de 30 días.
Encuestas infladas, escándalos imborrables, desinterés por el trabajo y formación mediocre a través de cursos; así llega el candidato del círculo a disputar el máximo cargo ejecutivo en la ciudad; pero todo está teniendo un efecto adverso.
Sabido es que para un sector del oficialismo provincial hoy es una meta lograr que el senador por Capital gane la contienda electoral el próximo 14 de mayo. Por este motivo gran parte de los funcionarios, alguno por ahí de un peso importante dentro de la estructura, hoy comanda el operativo para que Durand sea el candidato más votado.
Para eso recurre a aliados políticos, empresarios de medios y hasta a familiares directos para lograr sembrar dudas en el electorado que deberá disputarse, tanto a nivel ciudad como provincial, una elección que ya está polarizada.
Uno de los operetas, dueño de una radio de la Capital de Salta, usa las redes sociales para difundir datos de supuestas encuestas. Obviamente todo desde perfiles no oficiales.
Según la información que éste maneja, el amigo Durand encabeza la intención de votos de los salteños con cifras muy por encima de las que realmente se tiene con mediciones serias. Incluso, hay hasta una notoria falta de respeto hacia el resto de competidores.
Tal encuesta, lamentablemente para "Monky", no solamente carece de veracidad y credibilidad; sino que solamente genera una confianza inviable en el candidato al que intentan inflar de manera desmedida, al punto que solo acrecientan las posibilidades que, al igual que un globo, termine estallando.
Y es que una cuestión es la política, y otra muy distinta es la exposición que se puede tener mediante campañas mediocres que solo sirven para captar atención. Durand, por ejemplo, es uno de ellos.
Tanto él y sus soldaditos como los dos diputados más votados en las últimas dos elecciones, o el concejal que toma agua caliente; son producto del marketing burdo, chabacano y zopenco del facilismo populista potenciado por el medio que éste fundó, por citar un solo ejemplo.
En cuestiones de gestión ejecutiva con Durand hay muchas más dudas que certezas. Lo saben propios y ajenos, hijos y entenados. Las quejas desde el sector más antiromerista dentro de la estructura oficialista hacia el propio legislador, demuestran la poca confianza que hay en alguien que está fuertemente relacionado a la peor gestión municipal desde la intervención a Juan Carlos Villamayor.
Su pasado como jefe de gabinete de Miguel Isa, sumado al escándalo de las tablets con las que realizó campaña el año pasado, los cursos improductivos y con escasa posibilidad real de progreso para sus asistentes, y su total desinterés por cumplir con su rol de senador para el que fue electo; solamente desmejoran la imagen positiva que se pudiera tener del creador de Que Pasa Salta.
No solamente esto, sino que su poco trato con la gente, el alejamiento del trato con los vecinos, la implementación de seguridad privada que no permite que nadie se le acerque, el blindaje mediático de los empresarios “amigos” y la falta de fortaleza o convicción con la que se muestra; encamina, como dijimos antes, esta incursión electoral a convertirlo en el próximo Matías Posadas, aquel que teniendo todo el aparato, con apoyo de dirigentes de peso como uno de los dos que tiran del globo de Durand, perdió estrepitosamente y no solo recibió un golpe de realidad, sino que también lo condenó para el resto de su vida electoral.
