Judiciales y Policiales
¿Se hizo Justicia?

¿100 años de perdón? Asalto comando al millonario intendente de Coronel Juan Solá-Morillo

El jefe de la Comuna se llama Miguel Gerala Atta.

Comanda una de las localidades más pobres de la provincia y es uno de los jefes comunales más ausentes. Está enquistado en el poder hace 26 años, de los cuales ejerció el cargo en 22 de ellos.

Hace más de 10 años que la Justicia en Salta duerme, literalmente, el juicio en su contra por peculado denunciado en 2011. En marzo del 2018, un obrero perdió la vida tras caer del techo de su vivienda, caso que quedó sumido en la impunidad total de la que gozan estos patrones de estancia.

Rico como pocos, rodeado de habitantes que mueren de hambre, sed, y en el abandono de las autoridades; hoy reclama una camioneta y millones de pesos que le arrebataron en la madrugada de este domingo.

En las primeras horas de este domingo, se conoció que el intendente de Rivadavia Banda Sur, localidad conocida como Coronel Juan Solá o simplemente Morillo, habría sido víctima de un asalto comando en el interior de su propia vivienda.

Según una denuncia radicada en la Comisaría 44, 3 personas seriamente armadas, ingresaron a la casa de Miguel Atta Gerala y, a punta de cañón, forzaron los portones para escapar con una camioneta Toyota y 16 millones de pesos en efectivo.

Tras el atraco, los delincuentes huyeron por Ruta 81 hacia el norte, expresó un tal Elías Cruz, quien oficia como sereno de la vivienda del alcalde norteño. Según el relato de éste, los malvivientes amenazaron con las armas de fuego a él, al intendente y a su esposa, Carolina Frías, quien también se encontraba en el lugar. Al parecer, en medio del incidente Gerala recibió golpes por parte de los asaltantes, por lo que tuvo que ser asistido por personal de salud.

Lo último que se recordaba de este jefe comunal, es el incidente en donde personal de su seguridad privada (patovicas), "apretaron" a un periodista local que realizaba una cobertura de una marcha en contra de su gestión. En esa ocasión, caciques de distitas comunidades originarias intentaron presentarle un petitorio a Gerala ya que hacía 4 meses (en julio de este año) que no recibían bolsones alimentarios, sustento fundamental para luchar contra la desnutrición en el norte salteño.

Sin respuestas, los originarios decidieron encarar un corte de ruta por varios días, hasta que se acercaron de forma pacífica al despacho de Atta. Éste, los recibió a gritos y a uno de los indígenas lo mandó a "lavarse el culo". En medio de esto, los patovas de Gerala amedrentaron a los caciques y a Daniel Ávila, periodista que luego contó lo sucedido.

Llama poderosamente la atención que, además de la camioneta, los delincuentes se llevaron (según los primeros informes) más de 16 millones de pesos en efectivo, en una localidad donde la mayoría de sus habitantes están sumidos entre la pobreza y la indigencia, y donde los sueldos de un jefe comunal no le permitirían tener una capacidad ahorrativa como para tener esa suma debajo del colchón.

A todo esto, se suman las denuncias por peculado y corrupción en su contra, lo que hace creer a allegados y detractores del jefe comunal, que ese dinero podría haber sido desviado de las arcas municipales.

Cabe recordar que Miguel Atta Gerala, quien lleva 22 años como intendente de Morillo (en 2011 cumplió 16 en el cargo y volvió en 2015 hasta la actualidad), fue denunciado por su sucesora por irregularidades en su gestión, por lo que el juez Nelson Aramayo elevó a juicio en 2019 la causa en la que fue procesado por el delito de peculado, solicitud que todavía sigue en stand by.

Entre otras causas, Gerala también tiene en su contra la muerte de un albañil que cayó desde una altura de cuatro metros cuando realizaba trabajos de refacción en el tejado de la casa donde este domingo ingresaron a robarle al jefe comunal. La familia del obrero, denunció la irregularidad en la contratación y la falta de elementos de seguridad. Obviamente esto quedó en el olvido.

Volviendo al robo de este domingo, la policía no pudo dar con el paradero de la camioneta Toyota del alcalde ni de los delincuentes que se alzaron con el millonario botín.

Tras una breve persecución que no fue mas que una ronda de vigilancia, los efectivos solicitaron colaboración a Gendarmería Nacional, aunque hasta eso ya habían pasado varios minutos claves para intentar dar con los delincuentes que por el momento siguen gozando de la plata del pueblo. Como Atta, pero sin guantes blancos.

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