VIDEO | Vicente Cordeyro, el excomisario que convirtió el mate: la colección que guarda la historia de su vida
Ya pasaron más de dos meses y medio desde la desaparición física del excomisario Vicente Cordeyro, hallado sin vida el pasado 11 de octubre, tras una intensa y angustiante búsqueda en la que participaron familiares, amigos y numerosos vecinos que se sumaron a los rastrillajes apenas se conoció la noticia.
Su recuerdo permanece vivo en la memoria de los salteños y, con especial fuerza, en el seno de su familia, que trabaja para que su legado trascienda generaciones. Cordeyro es recordado como un hombre valiente, que se animó a denunciar lo que otros callaban, y como un profesional que enseñó no solo desde la teoría, sino principalmente desde el ejemplo. A lo largo de su carrera impulsó proyectos e iniciativas con un objetivo claro: contribuir a una Salta más segura.
Para quienes lo conocieron, fue un padre presente y un servidor público incansable. Compañeros y allegados lo describen como un “buen compañero y buen jefe”, un líder nato, siempre solidario con sus pares, íntegro, de valores firmes y profundamente comprometido con su vocación.
Su hijo Nicolás expresa el orgullo que siente por el cariño y la admiración que la gente aún manifiesta por su padre. Ese reconocimiento se hace visible en cada marcha y encuentro público, donde se multiplican los testimonios. “Nos transmiten la gran persona que fue. Nos hemos enterado de que ayudó a un montón de personas; se nos acercan y nos dicen ‘nos dio una mano con esto, nos ayudó con aquello’. Él siempre estaba predispuesto a ayudar”, cuenta.
Pero hay un símbolo que condensa como pocos su historia y su forma de vivir: el mate. En el quincho de la casa familiar, un estante repleto de mates de distintos tamaños, colores y materiales guarda recuerdos imborrables. Allí, su esposa Trini conserva no solo objetos, sino la memoria del profundo cariño que Cordeyro sentía por dos compañeros que perdieron la vida en un trágico episodio ocurrido años atrás.
Según relata, siendo muy joven, Cordeyro llevaba varias horas realizando un control vehicular de rutina sobre la ruta cuando dos camaradas le ofrecieron relevarlo para que pudiera descansar y “tomar unos mates”. Aceptó el cambio y se ubicó a un costado del camino, mate en mano. Minutos después, un camión fuera de control embistió a los dos policías que habían ocupado su lugar. Ambos murieron en el acto.
Reponerse de esa tragedia le llevó tiempo. “Un acto tan simple le había salvado la vida”, recuerda Trini. Con los años, el excomisario comenzó a coleccionar mates en memoria de aquellos compañeros. Cada viaje era una oportunidad para traer uno nuevo. El estante pronto quedó chico, pero la gratitud y el recuerdo eran inmensos.
Hoy, ese mueble cargado de mates resume una vida atravesada por el servicio, la solidaridad y la memoria. Como el ritual compartido del mate, el legado de Vicente Cordeyro sigue pasando de mano en mano, vivo en las historias, los gestos y el afecto de quienes lo recuerdan.
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