Sáenz pide “federalismo real” tras la salida de Francos y marca distancia del ruido político en Buenos Aires
La renuncia de Guillermo Francos al cargo de jefe de Gabinete de la Nación generó un sacudón político en todo el país y abrió una nueva etapa de incertidumbre dentro del Gobierno nacional. En paralelo, también se produjo la dimisión del ministro del Interior, Lisandro Catalán, lo que profundizó las dudas respecto de la continuidad del esquema de diálogo con las provincias.
Frente a este escenario, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, planteó la necesidad de contar con funcionarios nacionales que posean autonomía real para decidir y ejecutar políticas, especialmente en lo que respecta a la obra pública y al financiamiento de proyectos regionales.
Pasan los años y el problema sigue siendo el mismo… pic.twitter.com/HSBXslHCic
— Gustavo Sáenz (@GustavoSaenzOK) November 3, 2025
Sáenz, en declaraciones radiales, sostuvo que los cambios en la estructura nacional no pueden volver a frenar los compromisos asumidos con los distritos del interior.
El gobernador salteño recordó, además, que durante la gestión de Francos se habían alcanzado ciertos consensos importantes para la provincia, pero que muchos de ellos quedaron trabados por la falta de aval desde el Ministerio de Economía.
“Las decisiones no llegaban a concretarse porque el financiamiento quedaba sujeto a la aprobación de otras áreas. No era falta de voluntad política, sino una cuestión de prioridades impuestas por la macroeconomía nacional”, señaló el mandatario.
El gobernador evitó dramatizar la salida de Francos, aunque dejó entrever cierta preocupación por la parálisis de proyectos que ya habían sido aprobados. Desde su visión, el problema central radica en la ausencia de un canal de comunicación eficiente entre Nación y provincias.
Por eso reclamó interlocutores con verdadera capacidad de resolución, que no dependan del visto bueno de otros ministros para avanzar con las necesidades de cada jurisdicción. En particular, insistió en que el interior del país requiere de decisiones concretas y no de discusiones eternas que se diluyen en los pasillos de Buenos Aires.
En cuanto a la designación de Manuel Adorni como nuevo jefe de Gabinete, Sáenz adoptó una postura prudente. Afirmó que lo fundamental es que el funcionario pueda ejercer el cargo con independencia y sentido federal. “Ojalá tenga la posibilidad y el poder de decisión que necesita alguien en ese lugar. Si le dan las herramientas, puede contribuir a ordenar la gestión y a fortalecer el vínculo con las provincias”, expresó.
Subrayó además que no corresponde descalificar de antemano a un funcionario que aún no ha tenido oportunidad de demostrar su desempeño. En ese sentido, remarcó que la responsabilidad de gobernar implica también otorgar confianza inicial y evaluar con hechos, no con prejuicios.
Las palabras de Sáenz contrastaron con las críticas que el expresidente Mauricio Macri realizó hacia la designación de Adorni, a quien calificó como una elección desacertada por su falta de experiencia. Ante ello, el gobernador salteño se diferenció al pedir mesura y respeto institucional.
“No podemos actuar con soberbia. Hay que dejar que trabaje y luego, si no cumple, habrá que corregir el rumbo. Pero juzgar antes de tiempo no ayuda al país”, sostuvo. Con ese tono, el mandatario provincial marcó un perfil propio dentro del mapa político argentino, priorizando la estabilidad y la cooperación sobre la confrontación partidaria.
La referencia a Macri no pasó inadvertida. Minutos después de la entrevista, Sáenz publicó en sus redes una frase de Winston Churchill que muchos interpretaron como una respuesta indirecta al exmandatario: un mensaje que buscó poner en valor la prudencia política frente a los impulsos del debate mediático.
Desde su entorno aclararon que el gobernador no busca polemizar con nadie, sino remarcar la importancia de actuar con madurez en un momento en el que el país atraviesa dificultades económicas y sociales.
Más allá de los movimientos en la Casa Rosada, Sáenz insistió en la necesidad de garantizar previsibilidad para las provincias. Explicó que la falta de continuidad en las políticas públicas nacionales genera demoras en la ejecución de obras estratégicas, afectando la generación de empleo y el desarrollo regional.
También recordó que, pese al contexto adverso, Salta continúa gestionando recursos para sostener la infraestructura, la conectividad y la inversión energética, pilares que considera esenciales para el crecimiento del norte argentino.
El mandatario provincial volvió a plantear un concepto que ha reiterado en distintas oportunidades: la Argentina federal debe dejar de ser una consigna y convertirse en una práctica concreta. “No se trata de pedir privilegios, sino de exigir equidad. Las provincias no pueden depender de los humores del poder central ni quedar relegadas cada vez que cambian los nombres en los ministerios”, señaló.
Con esa declaración, Sáenz buscó dejar claro que su posición no es de enfrentamiento con el Gobierno nacional, sino de defensa del desarrollo equilibrado.
Frente a un escenario político en constante mutación, el gobernador salteño eligió el tono institucional por sobre la confrontación, apostando a la cooperación como vía para mantener el funcionamiento de las gestiones locales y preservar los acuerdos que benefician a su provincia.








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