La percepción del salteño es que el ministro de Salud nacional gestionó muy mal la pandemia, y el rechazo a su figura es unánime, más allá de las distancias y de lo poco que se mostró García en los medios durante los últimos meses.

Respecto de la vacuna Sputnik V, un 53,8 por ciento de los salteños se inocularía, en tanto un 7,7 por ciento esperaría otra opción, y un 38,5 por ciento directamente no lo haría. Así, el apuro por finalizar con la situación de pandemia, de aislamiento y distanciamiento, marcan tendencia en la provincia, sin importar los resultados finales en los ensayos médicos. Reina la desinformación.

A la pregunta sobre el por qué, el 29,7 por ciento respondió que “está probada y sirve”, en tanto un 31,8 por ciento dijo que es un negocio económico. Más atrás, con un 17,1 están quienes creen que es la mejor opción para evitar una segunda ola. Y un 8,6 dijo que el gobierno quiere generar lazos con Rusia.

La pandemia está haciendo desastres, y no existe un juicio común, las opiniones están divididas, aunque de momento la confianza y el hastío puedan más.

El laboratorio

Al momento de las pruebas, los políticos son los más castigados. El rechazo a los mismos se refleja con la pregunta ¿Qué político de Salta debería aplicársela primero? Marca tendencia Alfredo Olmedo, con el 27,1 por ciento de los votos y es seguido de cerca por Gustavo Sáenz, con un 22,8.

Sorprende que Josefina Medrano sea tercera, con un 19,2 por ciento, recibiendo menos castigo que el gobernador, a pesar de su polémico y rechazado paso por la cartera de salud provincial. La gente identifica como responsable de los actos de la ministra al gobernador, colocando a la ministra por detrás de Sáenz

Atrás, en un pelotón ya más lejano clasifican Bettina Romero, Sergio Leavy y Javier David, entre otros. Muestra también de que no hay políticos que muevan opinión en Salta, ni para bien, ni para mal, la escena está vacía y la ausencia de representación política está a la orden del día.