No tuvieron otra opción más que envolver el cuerpo en plástico.
La crisis socioeconómica se hace notar en todo momento y lugar en nuestro país. Esta vez, quedó en evidencia para una familia salteña, que se vio obligada a enterrar a un ser querido envuelto en plástico porque no tenían el dinero suficiente para pagar un servicio funerario.
El cadáver, que estuvo 36 horas sin recibir sepultura, expuesto a 40 grados de calor, fue enterrado de esa manera en el municipio de Santa Victoria Este, ubicado en el extremo noreste de la provincia.
Un suceso triste, que da cuenta de la situación de miseria a la que se ve sometida gran parte de la población argentina.
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