"Me inscribí en un estudio de pole dance, sin conocimientos previos", le dijo Stefanía a NOVA, y agregó: "Me costó semanas adaptarme, pero finalmente me convencí que era algo que realmente me apasionaba y de verdad me gustaba". En ese sentido, recordó que anteriormente había realizado varios cursos pero nunca logró permanecer mucho tiempo.

Luego de dos años, fue rotando en distintos estudios para perfeccionarse en pole dance, haciendo además workshops con atletas de altas categorías, "lo cual me sirvio un monton ya que también estoy por finalizar el curso de instructora en pole dance y eso también es algo de lo que me siento orgullosa de mí", aseguró Martínez, que sentenció: "Es sorprendente todo lo que el pole dance causó en mi vida, es algo que de verdad me encanta, como un pasatiempo y para despejar mi mente en mis tiempos libres".

Asimismo, consideró que "con el modelaje me hubiera gustado que pasara lo mismo pero lamentablemente no se pudo", aunque reiteró que no lo descarta a futuro, al tiempo que advirtió que ambas disciplinas "son diferentes".

"En el pole trabajamos mucho lo que es nuestra fuerza, resistencia y flexibilidad de nuestro cuerpo, además de que nos hace sentir seguras de nosotras mismas y de ver lo que realmente somos capaces de hacer y hasta donde llegamos", le dijo a NOVA la salteña, que añadió: "No es un deporte que solo el género femenino puede practicarlo sino también el género masculino y niños; no hay diferencia social, ni un rango de edad establecido, todos pueden intentarlo".

Por otro lado, Stefanía contó que sus padres son y siempre serán sus grandes pilares, dado que siempre la apoyaron en cada decisión que tomó "e hicieron todo lo posible por verme felíz", y también le agradeció a su pareja por "a mi lado apoyándome y alentándome a seguir".

Por último, la joven expresó que su mayor deseo es recibirse y "ser una persona exitosa, voy a trabajar hasta conseguirlo, y devolverle a mis padres todo lo que algún día ellos hicieron por mí".