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Se preveía una hecatombe

Pobreza: tres de cada diez salteños necesitaron alguna ayuda para vivir este año

Las cifras que "vienen en aumento desde el 2014, desde que comenzó a registrarse la inseguridad alimentaria", son sobre pobreza alimentaria extrema, que llegó en el 2021 al 20 por ciento.

"Se preveía esta hecatombe", dijo sin vueltas el economista Jorge Paz al ser consultado por el aumento de la ayuda alimentaria que se advierte desde los comedores y merenderos.

El investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y director del Ielde ( Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico) de la UNSa analizó la pobreza alimentaria en Argentina desde el 2014 al 2021. "Nadie me llamó luego de publicar estos datos", lanzó sobre lo que los expertos de la provincia alertan desde hace tiempo: la falta de consulta de parte de quienes diseñan y aplican políticas públicas.

El trabajo académico se basa en los datos que publicó la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre la inseguridad alimentaria en Argentina. Consultado por "Inseguridad Alimentaria", explicó Paz, el término se acuña respecto a la preocupación de "que por razones económicas no se pueda acceder a una alimentación y que a su vez sea nutritiva". Estos registros, advirtió, ya fueron incluidos de manera oficial en otros países de Latinoamérica, pero en Argentina son relevados únicamente por Naciones Unidas. El académico resaltó que en un país tan extenso como el nuestro, si bien son datos de referencia, no reflejan la situación por región, "pero siempre estamos alrededor de 4 puntos por encima de la media nacional de pobreza, así que las cifras aumentarían en Salta", destacó.

Las cifras que "vienen en aumento desde el 2014, desde que comenzó a registrarse la inseguridad alimentaria", son sobre pobreza alimentaria extrema, que llegó en el 2021 al 20 por ciento. "Es gente que se salteó una comida o sintió hambre y no pudo comer por falta de recursos económicos", explicó, mientras el registro de pobreza alimentaria general estuvo cercano al 40 por ciento, "son personas que han estado preocupadas por el tema alimentario, que te dicen 'estuve preocupada por el tema', o que fueron a un comedor o buscando alimentos más baratos. Son personas que estuvieron buscando estrategias de mitigación por alguna vía", precisó el economista.

Paz destacó que estos datos son del 2021, sin que se incluyera el "aumento brutal de precios que vino después. Ahí el problema se hizo más grande aún, y es por eso que estos comedores y estas organizaciones de ayuda no gubernamental están sintiendo una presión tremenda que ya se la veía venir", insistió.

Según reflexionó el economista, la situación sería más grave aún sin las asistencias estatales, aunque, advirtió, "el problema es que la inflación va licuando el poder adquisitivo de esos programas”.

El trabajo académico se basa en los datos que publicó la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre la inseguridad alimentaria en Argentina. Consultado por "Inseguridad Alimentaria", explicó Paz, el término se acuña respecto a la preocupación de "que por razones económicas no se pueda acceder a una alimentación y que a su vez sea nutritiva". Estos registros, advirtió, ya fueron incluidos de manera oficial en otros países de Latinoamérica, pero en Argentina son relevados únicamente por Naciones Unidas. El académico resaltó que en un país tan extenso como el nuestro, si bien son datos de referencia, no reflejan la situación por región, "pero siempre estamos alrededor de 4 puntos por encima de la media nacional de pobreza, así que las cifras aumentarían en Salta", destacó.

Las cifras que "vienen en aumento desde el 2014, desde que comenzó a registrarse la inseguridad alimentaria", son sobre pobreza alimentaria extrema, que llegó en el 2021 al 20 por ciento. "Es gente que se salteó una comida o sintió hambre y no pudo comer por falta de recursos económicos", explicó, mientras el registro de pobreza alimentaria general estuvo cercano al 40 por ciento, "son personas que han estado preocupadas por el tema alimentario, que te dicen 'estuve preocupada por el tema', o que fueron a un comedor o buscando alimentos más baratos. Son personas que estuvieron buscando estrategias de mitigación por alguna vía", precisó el economista.

Paz destacó que estos datos son del 2021, sin que se incluyera el "aumento brutal de precios que vino después. Ahí el problema se hizo más grande aún, y es por eso que estos comedores y estas organizaciones de ayuda no gubernamental están sintiendo una presión tremenda que ya se la veía venir", insistió.

Según reflexionó el economista, la situación sería más grave aún sin las asistencias estatales, aunque, advirtió, "el problema es que la inflación va licuando el poder adquisitivo de esos programas".

Si bien los datos recogidos por la ONU no analizan regiones, se puede observar la situación local mediante datos del Indec en base a la EPH (Encuesta Permanente de Hogares). El investigador comparó las cifras nacionales y provinciales respecto a vivir de algún tipo de ayuda, ya sea familiar o estatal, durante los últimos 3 meses, en los que la provincia quedó por encima de la media nacional. El pico de quienes vivieron de alguna ayuda fue durante la pandemia, que en el país llegó al 45 por ciento y en Salta al 50 por ciento, las cifras descendieron en el 2021 a nivel local a 39 por ciento, el año pasado llegó al 40 por ciento, y en el primer trimestre de este año estuvo en 31 por ciento.

Mujeres, más pobres

El estudio, además, confirmó el dato que se advirtió desde los comedores y merenderos: que quienes quedan más vulnerables ante la recesión económica son los hogares a cargo de mujeres. Los gráficos muestran que las familias monomarentales sufren mayor inseguridad alimentaria que las que están a cargo de un varón: desde el 2018 la pobreza alimentaria en estos tipos de hogares quedó en más del 50 por ciento, mientras que los hogares monoparentales, diez puntos abajo.

"Un hallazgo importante que surge de este estudio es el aumento importante y significativo en la prevalencia de la pobreza alimentaria severa en los hogares con mujeres solas con niñas y niños, comparados con los otros tipos de estructuras hogareñas", resaltó el estudio. A su vez, pide "apoyar con mayor énfasis a este tipo de hogares, haciendo cumplir la legislación que regula las transferencias en concepto de cuota alimentaria o a un tratamiento diferencial en los programas de transferencias de ingresos actualmente vigentes como la Asignación Universal por Hijo, la tarjeta Alimentar o programas similares".

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