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¿Pesada herencia? Bettina Romero: "A pesar del mal estado de la Ciudad, tenemos que avanzar"

La intendenta de Salta capital, Bettina Romero. (Dibujo: NOVA)

A pesar de su constante ausencia en la mayor parte del año, la mediática intendenta de Salta habló de obras millonarias y ahorro notable. No se nota. Es que en una recorrida por el barrio San Francisco, Bettina Romero, dialogó con la prensa, y dejó algunos pensamientos inciertos en el éter.

“Todas las obras son un gran esfuerzo, no de Bettina Romero sino de todos los salteños”, aseguró la intendenta, con un claro estilo a Cristina Kirchner. Sobre esto, Romero agregó que “hemos logrado administrar y ahorrar en gastos superfluos para volcarlos a la ciudad, a los barrios”.

Con esta última frase Bettina quizás se esté refiriendo a las majestuosas obras realizadas en la calle Alvarado, las dichosas ciclovías, estas fueron construidas y tras denuncias de ciclistas dado lo imposible de circular por las mismas, levantadas para ser construidas de nuevo. Una gran obra.

Bettina omitió hablar de las anegaciones que sufrió la ciudad durante el último temporal, varios barrios se vieron comprometidos con la caída de 18 milímetros de agua, casi nada si somos sinceros. Sin embargo, la mejor forma de que se hable de algo es haciéndolo uno mismo, por eso Bettina hablo de constantes obras de infraestructura y mejoramientos, dado que la ciudad sería un desastre: “A pesar del mal estado de la Ciudad, tenemos que avanzar”, dijo, como quien no quiere la cosa, olvidando que el anterior intendente fue su compañero de boleta Gustavo Sáenz.

Las relaciones, parece, no están del todo bien. Se tocó un tema tabú: la herencia recibida, excusa que más de un funcionario argumenta cuando con el pasar del tiempo la cosas no salen y la imagen cae.

El problema sindical

Romero está ante un dilema enorme, que además obtuvo el resultado menos inesperado. Su proyecto de gobierno marca un notable acercamiento a la derecha más conservadora, antítesis esta del mensaje peronista del bien recordado Roberto Romero. Bettina cree que el futuro es tercerizar, esto es, achicar la planta estatal al máximo y contratar empresas -posiblemente afines o familiares- para llevar adelante la operativa de la capital salteña.

Sobre este tema, la intendenta opinó que no hay que confundir “a los grandes empleados comprometidos con la gestión y con Salta”, con minorías oportunistas. Las minorías oportunistas son los gremios, o sea, toda la planta de empleados municipales. Bettina logró lo imposible, unir posiciones muy contrarias y con políticas y estilos diferentes bajo una sola manta. Los gremios la leyeron a tiempo y bien: “Bettina busca tercerizar todo”, dicen en los gremios, y el motivo es económico. Intereses económicos. Negocios.

Lo que es increíble es pensar que, hablando de la pesada herencia recibida, y poniéndose a toda la planta sindical en contra, Bettina Romero crea que puede sacar algún tipo de beneficio político, dado su marcado interés por ocupar el sillón de la gobernación de la provincia.

De momento, su imagen positiva fue dinamitada por ella misma y su entorno más cercano. No escuchan, no consultan, son soberbios y, además, no hacen nada… es lo que dicen quienes tratan a diario con ellos: “una chetocracia” condenada a apagar incendios y a recibir las burlas constantes por las ridiculeces que pretenden mostrar como genialidades de la gestión. De esto los ciclistas de la Alvarado saben mucho, y en los barrios también.

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