Todo lo contrario, a lo que fue la visita de Sergio Massa y Agustín Rossi, en distintas ocasiones. Además, superó ampliamente el despliegue que tuvo Patricia Bullrich. Sin dudas, Javier Milei es el preferido de los salteños que, en masa, se volcaron a recibir de la mejor manera al candidato a presidente por La Libertad Avanza en su reciente visita a tierras gauchas el pasado jueves. Multitudinario, lo titularon algunos. Simplemente es esa la descripción de una fiesta libertaria que, aunque no culminó como hubiesen querido, sí dejó un claro mensaje a 10 días de las elecciones.

A Sergio Tomás tuvieron que ocultarlo. Massa llegó a Salta un domingo y, no conforme con traerlo un día en donde gran parte de la provincia descansa religiosamente; los organizadores decidieron llevarlo a un acto en la localidad de General Güemes, lejos de la Capital donde se concentra el mayor número de habitantes, y en medio de un predio que no contaba con una sombra, con polvo constante en suspensión, bajo un calor abrazador, y con vecinos que se quejaban que no contaban con agua desde hace días en ese clima casi desértico.

El resultado era esperable, el candidato de Unión por la Patria salió escoltado, entre medio de reclamos de toda índole, y con su seguridad golpeando a periodistas.

Lo de Patricia fue más organizado, aunque no muy acompañado. De hecho, entre tanto montaje y edición que los fotógrafos realizaron previa publicación de las imágenes, se observaban a no más de 150 personas alrededor de la candidata de Juntos por el Cambio, entre los que resaltaban varias caras que fueron contratadas por la organización y estaban identificadas con calcomanías especiales.

La breve ronda de prensa que brindó en un hotel céntrico, y su posterior paso por las peatonales en donde silbidos, abucheos y reclamos fueron abundantes, dieron claras señales de que la organización a cargo de su candidato local, Miguel Nanni, no estuvo a la altura y quedó aún más mal parada. En el medio los Posadas, las Cornejos, los Gauffínes y Sierras que aprovechaban para fotearse con la candidata menos votada en la provincia, claro hablando de los tres que polarizan la elección hasta el momento.

Con Milei ocurrió todo lo contrario. La gente se volcó masivamente al aeropuerto y, desde allí, todo el camino hasta el centro de la ciudad, más de 11 kilómetros, fue rodeado de una caravana de vehículos y banderas en techos y balcones que hacían alusión al apoyo que le brindaban al candidato de La Libertad Avanza.

Los cánticos en el hotel con posterior saludo desde el balcón, solo vaticinaban lo que iba a ocurrir horas más tarde en el monumento a Martín Miguel de Güemes. Allí la concentración superó las expectativas.

Miles de salteños se congregaron a los pies del héroe gaucho de forma autoconvocada, sin mediar planes sociales o aprietes de por medio. Fue tanta la gente que Milei no pudo bajarse del vehículo que lo trasladaba para llegar al escenario donde daría su discurso. Aun así, los presentes se fueron contentos y con la certeza de tener decidido su voto para el 22 de octubre.

En el medio una figura quedó, tal vez, un poco relegada por la talla del líder libertario, aunque fue el artífice de que la organización haya sido semi perfecta. Alfredo Olmedo, el hombre que apostó por Milei cuando pocos se animaban a mostrar siquiera apoyo, es hoy el hombre fuerte del partido en el norte del país, llegando a ser referente de provincias como Jujuy, Catamarca y hasta de Formosa y Chaco, desde donde llegaron algunos seguidores para estar cerca en Salta. Olmedo, el futuro diputado del Parlasur, hizo que Salta, realmente, sea una masa.