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La salud de los pobres

Nuevamente la guardia del Materno es un calvario para cientos de salteños: horas de espera y sentados en el suelo

Los niños esperando a ser atendidos sentados en el piso
Un paciente vomitó y el personal de limpieza dejó horas las instalaciones sucias
Tras el colapso de la atención, los salteños padecen las consecuencias

NOVA se hace eco de una realidad que los medios hegemónicos salteños hacen "la vista gorda". En este caso, nuevamente a una periodista de Salta le tocó padecer la interminable espera de la guardia del Hospital Público Materno Infantil.

En este caso los médicos ya no se encuentran de paro, como en aquel entonces le ocurrió a la periodista de este medio Fernanda Villarroel. En teoría, los servicios de guardia ya se encuentran normalizados y se les paga 185 pesos la hora.

Pero resulta ser que el colapso en la atención sigue siendo un gran problema y como consecuencia sigue vigente el padecimiento sobre todo de niños que esperan ser atendidos y la desesperación de los padres ante la impotencia de no poder hacer nada.

Al respecto, la periodista Milagro Guantay que se encontraba con su hija en estado febril comentó que la guardia estaba colapsada y la gente ni siquiera tenía dónde sentarse, al punto que se encontraban sentados en el suelo. Por si fuera poco, relató y mostró la foto de un vómito que ni siquiera había sido limpiado por el personal.

Le periodista ingresó alrededor de las 10 am y fue atendida a las 15 horas, es decir 5 horas de espera en la guardia al igual que Villarroel en su momento.

"Si un niño vomita no hay personal de limpieza, esperarás, llorarás, te fumaras el vómito, las cagadas de los niños y te embroncaras cada vez que cada uno de ellos llore porque les duele no se dónde que te dicen ‘mamá me duele mucho’", expresaba literalmente en un grupo de periodistas.

Continuó diciendo "rogar para ser atendidas rápido, es aquí, dónde nosotros los pobres pedimos a Dios por la salud de nuestros hijos porque no nos queda de otra. He aquí dónde depositamos la confianza en un ser supremo para que en un cuadro febril nuestros hijos no convulsionen. No nos queda de otra. Lamentar, putear, pedir y rezar por atención", lamentó Guantay.

Asimismo, resaltó que muchos periodistas "callan" porque están pagados por el gobierno de la provincia. "Y como me queda para rato esperando a ser atendidas, una tras otra de las situaciones que se den en el HPMI serán comunicados en el grupo, aunque a muchos les chupe un huevo la salud de los niños y después se lavan la boca hablando de la Salud pública para recibir un pauta", finalizó diciendo en cuanto a sus colegas.

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