Con la suspensión de la pauta publicitaria dispuesta por el gobierno de Javier Milei, y con el congelamiento de montos tanto en provincia como en la Ciudad de Salta, son muchos los colegas salteños quienes esperan con ansias ver desesperados a los máximos referentes de la comunicación. Cuando decimos máximos no decimos por la importancia o labor, sino por los abultados montos que suelen percibir, aunque ya quedaron fuera de vigencia.
Solo por nombrar a algunos podemos mencionar los casos de Mario Peña y Tito de Vita. Los dos, hombres de radio, son de los empresarios que más dinero reciben en concepto de pautas, y ambos tienen, o tenían, ayuda a nivel nacional. Ambos son muy cercanos al actual gobierno provincial, y tienen muy buena relación con la nueva gestión municipal, por lo que se esperaba que fueran de los más beneficiados a partir del 2024.
El caso de Peña podría llegar a entenderse. Es de la vieja camada de periodistas "empresaurios". Operador político de antaño, se arroga el haber colocado en puestos de poder a gobernadores, intendentes, diputados, senadores y concejales. En contraparte, De Vita es también de la vieja escuela, pero tiene menor prestigio que don Mario. Su radio y canal de TV son poco frecuentados por la audiencia, y aun así recibe montos impensados por parte de los ejecutivos.
Las diferencias con el resto de la comunidad comunicadora es abismal. Mientras un reducido grupo de, como mucho, 15 empresarios acaparaban más de la mitad del presupuesto destinado a pautas publicitarias, con montos que llegaban tranquilamente a las 8 cifras (según los últimos datos oficiales de provincias que pertenecen al ejercicio 2021); el resto de periodistas, productores, conductores y directores de medios con suerte superaban el millón de pesos anual.
Por este motivo es que, a nivel local, se prestará especial atención a los montos que reciban Peña, el clan De Vita, Matus, Romero, Storniolo y otros más hasta el mes de junio ya que, en teoría, deberán seguir recibiendo las sumas que percibieron hasta diciembre del 2023. Ciertamente resulta difícil creer que, con la suba de precios y la devaluación que hubo en los últimos días, estos personajes se queden de brazos cruzados esperando una mejora a 180 días.
Si a esto agregamos que ya se mencionan despidos en varios medios salteños entre los que destacan diarios digitales, canales de televisión y diario de papel, el vaticinio para los laburantes no es nada bueno; mucho menos a los que la juegan de opositores o críticos. El periodismo independiente pende de un hilo porque la publicidad privada es casi nula, y muchos sobreviven con varios “quioscos” en distintos programas, medios o productos. Salvo los grandes, los popes, a esos lo que les preocupa no es la comida, sino poder actualizar el vehículo o los viajes fuera de Salta ya que de hacer mejoras en los medios, mejor ni hablar.
