La toma del rectorado inició con la restricción del ingreso del personal al edificio. Allí se encuentran bibliotecas de diferentes Facultades, el Departamento de Becas, el Consejo Superior, entre otros.

Los principales reclamos iniciales de los estudiantes de la toma fueron “el rechazo total a la propuesta ofrecida por el gobierno a los docentes, el rechazo total a la reforma del estatuto propuesta por el rector Antonio Fernández y la Franja Morada, la restitución de los 3.000 millones de pesos de las Universidades Nacionales destinados a infraestructura, la duplicación del cupo de comedor y caída efectiva de las restricciones, debido a la emergencia alimentaria, la regulación de los precios de las fotocopias, no al FMI y no al pago de la deuda, la ejecución de presupuesto para material bibliográfico específico de cada carrera, no al cierre de ministerios, no al cierre de institutos terciarios y la separación Iglesia Estado.

El próximo miércoles 26 en la Facultad de Humanidades se realizará una nueva Asamblea de los estudiantes que realizan la toma para analizar cómo continúan las medidas de lucha.

La brecha estudiantil

El pasado martes, luego de seis semanas de paro docente y tres semanas de toma del rectorado, los centros de estudiantes de la UNSa llamaron a una Asamblea interfacultades. La misma duró desde las 15 hasta las 21 horas en donde participaron los seis centros de estudiantes de la Universidad.

Allí luego de seis horas de debate hubo múltiples versiones sobre si se votó o no, si el espacio era legítimo o no para decidir la continuidad de la medida de lucha. Los estudiantes de la toma aseguran que en la Asamblea no se tomó la palabra de quienes querían continuar con la medida de fuerza y por lo tanto es ilegítima. Es por esto que el grupo de estudiantes que mantenía tomado el edificio, decidió continuar y los mismos siguen apostados allí.

De este lado de la versión de los hechos, aseguran que no hubo 130 estudiantes que votaron el levantamiento de la toma, y que por el nivel de agresión que se suscitó en el momento, no se llegó a votar. También afirman que fueron los estudiantes de la Franja Morada, brazo de Cambiemos en la Universidad, los que promovieron este levantamiento de la medida.

En el Facebook de la toma, los estudiantes publicaron lo siguiente “Lejos de discutir el conflicto salarial docente y el ajuste a la educación pública, las verdaderas intenciones se centraron en la toma del rectorado. Después de las artimañas de varios compañeros, entre ellos integrantes de Franja Morada, que deseaban desviar el principal tema de discusión para llevarlo hacia la votación del levantamiento de la toma, la asamblea convocada se terminó”

Continuaron diciendo “Cabe destacar la intención de querer imponer mediante acciones violentas el cese de la palabra al romper el cable de un micrófono y el abandono de la asamblea dejando claro, con esto, la falta de compromiso que tienen en las políticas educacionales en la Universidad.

Así también, la clara posición en apoyo a las políticas de Cambiemos se vieron al votar en contra, algunos de ellos, de repudiar el accionar del Gobierno de Gerardo Morales contra estudiantes de Jujuy”.

¿Privatización de la Universidad?

El reclamo mayo de los estudiantes de la toma se basa en que los jóvenes aseguran que el Rector Antonio Fernández habría presentado un proyecto de reforma para privatizar la Universidad.

En el proyecto solicitaría el arancelamiento del cobro de inscripciones, mesa de exámenes, cuota mensual, etcétera, de los estudios de grado y pregrados como es el caso del Instituto de Educación Media. Asimismo, en el proyecto se plantearía la Autonomía Universitaria en tanto que exige la regulación económica financiera por un sistema nacional y, por último, concentrar el poder en las figuras del rector y los decanos sin consultar al Consejo Superior o Directivo.