Panorama Político Salteño
"La Grieta"

Juan Esteban y Cartuccia se trenzaron por la familia y los ideales

Los dirigentes salteños Laura Cartuccia y Juan Esteban Romero. (Dibujo: NOVA)

Lo que parecía ser una sesión ordinaria más de la Cámara de Diputados de Salta, nos regaló una perlita insólita, aunque bastante chabacana para el estatus que deberían de tener los señores y señoras legisladoras provinciales que viven con jugosas dietas pagadas por cada uno de los salteños.

Al finalizar la misma, parte del recinto fue testigo de un cruce que empezó por la crisis del combustible, despertó una chicana, hirió el honor familiar de uno de ellos y después casi termina en pedido de sanciones por parte de la otra parte que, valiéndose de algunas semi lágrimas, logró que intercedan para que la discusión no pase a mayores.

Fueron Laura Cartuccia y Juan Esteban Romero quienes protagonizaron el dramático cruce en la sesión. Cuando la gran mayoría de los legisladores había levantado sus pertenencias y muchos ya ni estaban en inmediaciones a la Legislatura, a ambos se les ocurrió aprovechar el segmento de manifestaciones para sacar al sol viejos trapitos que desnudaron la falta de tino de los representantes del pueblo a la hora de legislar por, justamente, el pueblo y no sus intereses personales.

Arrancó Juan Esteban, uno de los diputados más holgazanes que tiene la provincia, y que pocas veces suele participar activamente en las sesiones. Valiéndose del faltante de combustible, y fiel a la doctrina familiar de odiar al kirchnerismo, arremetió contra Sergio Massa por las excusas ante la crisis en las estaciones de servicio, y aprovechó para reiterar en varias ocasiones la palabra "populismo berreta".

Esto molestó mucho a Cartuccia que aprovechó para recordarle al joven legislador que su padre, el hoy senador nacional Juan Carlos Romero, fue parte de una de esas listas a las que llaman "populistas berretas" en 2007 cuando acompañó la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner en la boleta. Solamente aportó eso. Se excusó de hablar sobre la crisis de combustible porque simplemente "no es economista". Los problemas colectivos no importan.

Juan Esteban no demoró en pedir nuevamente la palabra y, notoriamente molesto, aclaró que su padre tuvo que acompañar a la hoy vicepresidente porque, por ese entonces, presidía el PJ local que adhería a la postulación de la, por aquella época, primera dama. Ahí fue cuando defendió el apellido y aseguró que cuando Romero votó, por ejemplo, en contra de la estatización de YPF o de la independencia del Banco Central, lo hizo con convicciones y apuntó contra la legisladora: "No es encomendado como usted, que le dicen qué es lo que tiene que votar". El conventillo ardía.

Cartuccia aseguró no ser encomendada de alguien, ni mucho menos que le digan qué es lo que tiene que decir. Pero, como dicen, la mejor defensa a veces es un buen ataque. Así volvió a cargar contra el senador nacional a quien criticó por vacacionar durante 4 meses en el Mar Mediterráneo sin ir a trabajar a las sesiones.

Allí también aprovechó para tirar el palito de que un ex peronista, ahora llama a votar en contra del peronismo, por el apoyo romerista a Javier Milei. "La dignidad no tiene precio, y eso le falta a esta gente" dijo, aunque no aclaró si le falta precio o dignidad.

Mientras, de a poco, la sesión se iba transformando en un capítulo del reallity mexicano "Caso Cerrado", y se esperaba que aparezca en cualquier momento Laura Bozzo al grito de "que pase el desgraciado"; el joven Romero intentó dar una clase de historia peronista y le pidió a Cartuccia que prestara atención, a lo que la legisladora respondió a los gritos, sin micrófono encendido hasta que le dieron aire y mencionó que si JER la mandaba a estudiar de vuelta como lo hizo en dos ocasiones (en realidad solo le pidió atención), iba a solicitar una cuestión de privilegios contra el hijo del senador.

Afortunadamente el presidente de la Cámara, Esteban Amat, irrumpió y les quitó la posibilidad a ambos de continuar con el circo mediático, aunque de forma muy tibia, y ante un cuadro de angustia notable por parte de Cartuccia que, como en cada sesión, se retiró acompañada de su marido ñoqui estatal y su bebé, aunque notoriamente enfadada mientras su rival bajó las viejas escaleras a carcajadas.

Lectores: 668

Envianos tu comentario