Capital
Entrevista

José Gauffin: "Las marchas son de gente que está harta del deterioro de las instituciones y el manejo autoritario"

El edil José Guaffin, sostuvo que nunca vio una gestión de salud "tan mala", que es "duro decirlo, pero no estuvo a la altura de la emergencia".

En diálogo con NOVA, el concejal de JxC José Gauffin hizo un análisis profundo sobre la situación crítica en Salta con la pandemia; los usos políticos del coronavirus y la grieta que no para de agrandarse. El edil considera que los responsables del colapso en Salta son muchos, pero que la “sociedad” no lo es.

¿Qué piensa de las acusaciones del PJ bonaerense y de la propia Cristina Fernández sobre un “montaje” armado por Macri en relación a su allanamiento?

Me llamó mucho la atención que la Vicepresidente asumiera personalmente a través de un twitter el comunicado del PJ Bonaerense denunciando y diciendo que era un “fakeallanamiento”. Parece que a la embestida del PJ Bonaerense, con ese comunicado lleno de imprecisiones, le faltaba fuerza, entonces, ella tomó la posta, la que más sabe de operativos de autovictimización.

La denuncia, la actuación del fiscal y el juez, la desproporción del operativo para ir a buscar una prueba de una acción que cometen muchos argentinos, incluido el Presidente en su almuerzo familiar con Moyano y estoy seguro que la Vice también, fue totalmente desproporcionado. Es la triste imagen de como muchos hacen política denunciando estupideces y de la paupérrima actuación de la Justicia al servicio del poder de turno.

De nuevo un fin de semana de protestas contra el gobierno nacional. ¿Son marchas de la oposición o de opositores?

Las marchas son de gente harta de todos los desaciertos en el manejo de la emergencia sanitaria que produjo un enorme deterioro en la economía. De gente que depende, día a día, de su trabajo para vivir. Con esto no quiero estigmatizar a quienes trabajan en la actividad pública, pero negar que las urgencias y las tranquilidades de unos y otros son diametralmente diferentes, es negar la realidad.

Las marchas son de gente cansada que ve claramente que el Gobierno Nacional usa la pandemia como una oportunidad para avanzar sobre temas que solo a ellos y particularmente a la Vicepresidente le interesan. Quien puede creer que en este momento de emergencia sanitaria la prioridad legislativa es la reforma judicial, quien puede creer que ese proyecto de reforma fue estudiado en profundidad y presentado para su tratamiento, el cual incluía la creación de treinta cargos de jueces federales y de pronto cinco minutos antes de votar su aprobación, esos cargos de jueces se multiplicaron por cinco pasando a ser ciento cincuenta, una vergüenza legislativa e institucional.

Las marchas son de gente que está con miedo de la inseguridad, de los robos, de la impunidad y de que la Justicia, complaciente con el poder de turno, liberó miles y miles de delincuentes.

Las marchas son de gente que está harta del deterioro de las Instituciones del país y del manejo autoritario que nos fue cercenado libertades, y que más que nunca incentiva una división en Argentina. Basta con estar en medio de esas marchas y escuchar, y el político que crea que va a sacar provecho de ellas, se equivoca también.

¿Cómo analiza la situación de crisis sanitaria total que está viviendo Salta? ¿Por qué colapsaron los hospitales y clínicas?

La situación sanitaria es muy difícil, pero esperable. Siempre nos dijeron que el pico llegaría inevitablemente que el largo período de restricciones nos daría la posibilidad de prepararnos. Está claro, sabíamos que el pico llegaría y llegó, pero debido a que no nos preparamos adecuadamente, el sistema de salud colapsó, así de simple es la conclusión. Ahora tenemos que redoblar los esfuerzos para fortalecer el sistema sanitario.

Nunca vi una gestión de salud tan mala, es duro decirlo, pero no estuvo a la altura de la emergencia. De entrada se suspendieron las operaciones programadas cuando teníamos un solo caso de contagio en toda la provincia. Se demoró siglos, en términos de emergencia, en autorizar la recolección de plasma para tratar a pacientes con Covid19 teniendo el Centro Regional de Hemoterapia y el equipamiento necesario.

La provisión de medicamentos y equipos no fue suficiente en los hospitales, no lo digo yo, me lo dicen los vecinos en los barrios que visito.La implementación de los testeos fue lenta y ahora claramente insuficiente en nuestra provincia. Veíamos la situación sanitaria en el país vecino y el gobierno nacional fue lento en responder al pedido del cierre real de fronteras. Evidentemente no hubo una comunicación fluida entre Directores de Hospitales y el Ministerio, la prueba está en que el Dr. Marcelo Nallar tuvo que hacer público el reclamo para que las obras sociales privadas y el PAMI se involucraran más en la atención de los pacientes con Covid para que el Gobernador pudiera visualizar el problema y le pidiera al Procurador para que actuara ante la Justicia.

Todo era confusión. El oficialismo casi fusila mediáticamente a la Intendente de Salta, tratándola de irresponsable, porque dijo “…todo indica que hay circulación viral”, pero veíamos que en muchos anuncios el COE sentaba junto a ellos a Bernardo Biella, un médico del sistema privado de salud, para dar una imagen de mayor credibilidad a lo que decían. El COE y el Ministerio daban cifras de contagios y el doctor Esteban, todavía Director del Hospital del Milagro, hablaba de números totalmente diferentes.

La circulación viral en Capital y Orán se confirmó oficialmente recién a fines de agosto y esto fue un desacierto comunicacional importante en la búsqueda de lograr una mayor conciencia social de la seriedad de la situación. Tuvo que venir la nueva gestión en el Ministerio y con una resolución rápida autorizar el uso del ibuprofeno sódico, tratamiento que ya se usaba desde mayo en otras provincias.

Cuando el Gobernador Sáenz remplazó a la Ministra, demasiado estirada la decisión, celebré particularmente la designación del Dr. Esteban. Él era la contracara de lo que venía diciendo el Ministerio y el COE, él trasmitía seguridad y todos sentíamos que hablaba con la verdad y eso es lo que demanda la sociedad.

Los Salteños buscan responsables por el estado de la salud pública. ¿A quién debería culpar?

Es cierto nadie podía estar preparado para esta pandemia. Esta evidenció lo precario de nuestro sistema de salud, tanto privado como público, ya que no estaba dimensionado para esta emergencia, pero para la política, que así es de pobre y decepcionante en Argentina, la culpa es del anterior. Seguramente, se discutirá durante años en los medios y en los bares si la culpa fue o no del anterior, pero algo quedó claramente expuesto y no admite discusión: Hacíamos un esfuerzo para prepararnos ante la llegada del pico, el pico llegó y la emergencia sanitaria nos está superando en muchos lugares.

Ahora se reparten culpas a la sociedad. Los jóvenes no fueron responsables, las ferias barriales son un problema, que fueron los que corren, que la gente no toma conciencia, que las grandes empresas son unas insensibles, que son las marchas de la gente opositora, el festejo desmedido del día del niño; nunca vi información confiable y clara en relación al desarrollo geográfico y social del contagio que sustentara tales afirmaciones.

Creo que todos tenemos responsabilidad, pero de lo que estoy seguro es que la culpa no es de la sociedad.

¿Salta debe volver a Fase 1? ¿Por qué?

Una decisión sumamente difícil, ahora estamos con una curva de contagio que crece, pero también con un desgaste enorme en gran parte de la sociedad por este “tiempo de preparación”.

Mientras escribo estas las líneas esperamos el DNU que definirá cómo será este retorno anunciado a Fase 1, que parece será una suerte de Fase 1,5. Lo cierto es que volver a restricciones demasiado prolongadas dañará irreversiblemente la poca actividad comercial que tenemos en la Ciudad. Espero que no se tomen decisiones generalizando y que esta vez podamos focalizar las acciones manejando mejor información sobre la forma y lugares donde se van desarrollando los contagios.

Lo peor que hizo el Gobierno Nacional fue plantear la disyuntiva de salud o economía, en la realidad no habrá salud si no tenemos una economía que funcione y aporte al sostenimiento ese sistema de salud, público y privado.

Sería muy triste vernos, después de seis meses, volver a la misma acción con la que arrancamos, a cerrar todo como única forma de salir adelante con una situación muchísima más comprometida en lo sanitario y con nuestra economía dañada en gran medida por este extenso período de preparación.

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