Política
Tensión

Enfrentamiento entre el secretario y el ministro de Seguridad

Las tensiones comenzaron a crecer cuando al secretario de Seguridad de la provincia de Salta, Benjamín Cruz, le pusieron a un funcionario con rango superior.

Las tensiones comenzaron a crecer cuando al secretario de Seguridad de la provincia de Salta, Benjamín Cruz, le pusieron a un funcionario con rango superior.

Cruz, con años al servicio de Sáenz en la Municipalidad capitalina, tiene que soportar a un “foráneo” como superior directo. Además, la gestión de Juan Manuel Pulleiro no colabora con éxitos para el Gobernador.

El ex militar y actual ministro de Seguridad de la provincia de Salta, Juan Manuel Pulleiro, es un hombre misterioso. Cultor de una imagen discreta, su paso por el Escuadrón General salteño transcurrió sin mayores inconvenientes, salvo algún escándalo (con ribetes económicos) relacionado a un circo, no se supo mucho más de él: sembró árboles, cortó el pasto, y esas cosas que se inventan cuando no hay nada que hacer.

Por su parte, el secretario de Seguridad, Benjamín Cruz, tuvo una participación cotidiana apagando incendios desde la subsecretaría de Ambiente de la Municipalidad de Salta. Multas, baldíos, dengue y otras cuestiones que, en el ámbito local, determinan los votos de los vecinos.

Pero, a pesar de las diferencias entre ambos, Pulleiro es un experto en cuestiones de seguridad, estuvo a cargo del batallón principal. Además, con llegada a Gustavo Sáenz, fue elegido por los hombres fuertes que rodean al Gobernador como el candidato ideal para ocupar un Ministerio candente.

Lamentablemente, apenas asumido, comenzó a hacer agua, y es que la política no es pegar cuatro gritos y listo. Hay que coordinar acciones, cámaras de seguridad, cuestiones legales, mantener al límite a las maltratadas fuerzas de seguridad provinciales.

A tres meses de asumir la cartera, el ministro le quitó la percepción de haberes a los policías que esperaban su retiro, muchos de ellos con severos problemas mentales, y traumas, impedidos de trabajar, se quedaron en plena pandemia sin sustento. Al ser interpelado por los medios, Pulleiro dijo que eran “ñoquis”.

En este sentido, con escándalos, notas durísimas, y la opinión pública le comenzó a bajar el pulgar a Sáenz con estas medidas. Además, como dato a tener en cuenta, el ministro se vio inmiscuido en un problema con una colega con la que se llevaba muy mal, Josefina Medrano.

La filtración del escándalo por los malos tratos del hermano de la ministra, y que detonó la renuncia del mismo a su cargo en el gobierno provincial, salió del ministerio de Seguridad, dicen. Pulleiro, así, debilitó a Medrano, una fiel de Sáenz. Benjamín Cruz no perdonará jamás esta situación. Así, siguieron las muertes por Covid-19 de policías de peso, referentes para las fuerzas que dejaron su vida durante la pandemia. No se los atendió correctamente, y las familias iniciaron protestas, y hasta una multitudinaria marcha que hizo templar la permanencia del militar en su cargo.

Con todo eso en contra, Benjamín Cruz estableció un plan a mediano plazo: hacerse con la cartera de Seguridad.

Así, el secretario Cruz, viene erosionando cada punto sin hilar que deja Pulleiro, y les recuerda a quienes lo propusieron: “La culpa es de ustedes”. Cruz, con paciencia, espera el momento de error final. Es decir, que Juan Manuel Pulleiro tiene los días contados, mientras, su secretario de Seguridad, va cavando un túnel que lo lleve al despacho principal del ministerio.

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