La apuesta está relacionada a la gobernabilidad, Gustavo Sáenz (y su vice Antonio Marocco), están alineados detrás del magro espacio albertista. El favor es de ida y vuelta, Salta depende de las partidas nacionales para poder funcionar, la provincia está arruinada. En Grand Bourg son expertos en hacer que otros solucionen los problemas propios, lo llaman gestionar.

Desde Nación saben que, sin apoyo en la Cámara de Diputados, los días de Alberto Fernández se podrían transformar en un infierno, pero a su vez, los sectores afines a la vice presidenta disfrutan marcando el territorio: “Manda Cristina”. Esta última cuestión no es un problema en Salta, “La Cámpora” no tienen votos en la provincia de Gustavo Sáenz y, si bien la dirigencia cristinista sobrevive desde cargos nacionales, los muchachos ya se aprestan a apostar por un discreto reciclado dentro de las filas del partido justicialista.

Gabinete

La salida de Outes del gobierno provincial podría marcar también un gran cambio en el gobierno saencista. El mismo estaría relacionado también a la gobernabilidad.

El gabinete no funcionó, Pablo Outes y Nicolás Demitrópulos se alejan cada vez más el uno del otro, Ricardo Villada está completamente solo y la salida de Juan Manuel Pulleiro, Matías Cánepa, Roberto Dib Ashur y Verónica Figueroa, suenan cada vez más fuerte. El gabinete de Gustavo Sáenz fracasó y los cambios son inminentes.

Fuentes cercanas a la gobernación advierten que Gustavo nombraría un jefe de gabinete de peso, que le dé impronta y que tenga la capacidad de enfrentar a los medios. La figura de la jefatura de gabinete desdoblada representada por el dueto Outes/Demitrópulos solo dio lugar a una guerra de poder y egos que afectó directamente la imagen del gobernador. Fin de año sería la fecha adecuada para implementar los cambios, luego de que la gestión Sáenz cumpla su primer año.

Los nombres que suenan son varios, aunque aún no hay ninguna certeza ni confirmación al respecto, Javier David es uno de los candidatos, pero no el único. A Gustavo Sáenz le quedan tres duros años al frente de gobierno de Salta y no será fácil llegar a la meta. Lo que antes era un proyecto de ocho años, viró rápidamente en desesperados intentos por llegar a fin de mes.

Sáenz está intentando un armado que escape al poder de sus dos grandes sombras, Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey. Estos, en silencio, disfrutan y esperan el momento adecuado para la entrada en acción, y la misma contempla dos planes, desde adentro o desde afuera. Gustavo es quien decidirá cómo se dará esto último, asumiendo las consecuencias de sus decisiones. Las mismas se traducirán en gobernabilidad.