"Gamboa siempre estuvo presente, pero no como padre, sino para verificar que mi existencia se mantuviera en secreto, para preservarse", afirmó Agustina Gamboa, la joven de 18 años que hace algunos días ha hecho temblar las paredes de la religión católica.
Destapó la olla en su red social de Facebook. Allí declaró ser la hija del conocido cura salteño Carlos Gamboa que está a cargo nada más y nada menos que de la celebración del Milagro en Salta para rendirle honor al Señor y Virgen del Milagro.
Gamboa es un sacerdote respetado y conocido en la provincia, ya era cura cuando nació Agustina, en el año 2000, en Cerrillos. Desde entonces se transformó en un referente religioso en la comunidad local.
La joven tomó la decisión de hablar ya que en estos momentos en la Argentina se encuentra vigente el debate sobre la Ley de Interrupción del Embarazo. Ella vio al cura en un programa de televisión hablando sobre las dos vidas y el amor hacia los hijos. Esto provocó que luego de tantos años de guardar este secreto para proteger a su progenitor, saliera a la luz.
Carlos Gamboa le dio el apellido a los dos años gracias a la presión que ejerció su mamá, Virginia Arias, en la Justicia. Pero desde allí y cuando ella tomó conciencia de querer verlo, todo fue “una lucha” constante ya que la joven afirma que él no tenía interés en hacerlo.
Agustina manifestó que ella junto a su mamá estaban preparadas para enfrentar lo mediático que sería el caso para el país y Salta, fundamentalmente, pero que era necesario hacerlo para desenmascarar a la Iglesia.
En la publicación de la joven en su red social habla del abandono del cura Gamboa, de su desinterés por saber de ella, de sus encuentros a escondidas y afirmó que la Iglesia fue cómplice de todo esto.
Asimismo, contó lo duro que fue para ella todo esta situación y las repercusiones en su vida personal “desde que tengo uso de razón que voy al psicólogo”. Como así también que le costaba entablar relaciones sentimentales porque ella sentía que no merecía ser amada, al no haber sido amada por su propio padre.
Actualmente, vive en Buenos Aires con su hermano y trabaja como empleada mientras decide si estudiará Artes o Comunicación.
La última vez que Agustina lo vio a Gamboa fue en el año 2016 cuando a los 16 años viajó a Salta y llegó a la parroquia donde él daba misa. La joven cuenta a La Nación que no se sorprendió cuando él le pidió que hablaran donde no pudieran verlos. Aunque pudo decirle lo que sentía, desde entonces dejó de intentar tener un vínculo afectivo con él y solo se comunican a través de sus abogados.
Carnello pide perdón a Dios y a la Iglesia
En la tarde de este martes, el arzobispo de Salta Mario Cargnello emitió un comunicado en relación a los hechos conocidos este domingo en horas de la noche en donde Agustina afirmó ser la hija del cura Gamboa.
Cargnello sostuvo que es su deseo contener y reparar los daños provocados a la joven por parte del religioso. También admitió que se encuentra estudiando lo manifestado por Agustina en su Facebook y que esta información será entregada al promotor de Justicia de la Arquidiócesis para que se tomen cartas en el asunto.
“Les ruego acepten mi compromiso de trabajar por la santificación de los sacerdotes y el servicio a todo el pueblo de Dios que peregrina en Salta. Recemos por todos los afectados por esta situación, recen por todos los sacerdotes y por mí, para que nos dejemos convertir por el Señor”, emitió Cargnello en el comunicado.
Con respecto a estas palabras, Agustina dijo que se terminó de confirmar lo que ella había denunciado y que se ganó una batalla porque la Iglesia tuvo que salir a pedir perdón.
¿Y qué pasa con Gamboa?
El celibato es una norma para los curas de la religión católica, por lo tanto, las sanciones que recibiría el cura Gamboa podría ser una suspensión temporal o permanente de la función de sacerdote por violar precisamente esta norma que es no contraer matrimonio y ,por lo tanto, no mantener relaciones sexuales. La violación de esta ley del celibato es considerada un delito.
La pena que le cabe a quien viola el celibato se basa en el canon 1.395 del Código de Derecho Canónico que señala: "El clérigo concubinario y el clérigo que con escándalo permanece en otro pecado externo contra el sexto mandamiento del Decálogo (relaciones homosexuales) debe ser castigado con suspensión; si persiste el delito después de la amonestación, se pueden añadir gradualmente otras penas, hasta la expulsión del estado clerical".
A esto se le suma su ausencia como padre, que podría agravar la situación de Gamboa. El vicario judicial aseguró que es un pecado grave por no cumplir con las obligaciones naturales y podría merecer una represión por parte de la autoridad.
Dante Bernacki, vicario general de la Iglesia de Salta afirmó que la paternidad de Gamboa era "un secreto a voces". "Toda la gente sabía que había una hija o algo así", manifestó.
